Refrán hecho práctica por los del llamado socialismo siglo XXI, para captar espacios y generar convencimientos en organismos internacionales. Lo sucedido en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no es casual.
¿Qué pasó en la Corte Interamericana? No se acogió –por 4 votos a 2– el pedido de medidas cautelares de la Comisión Interamericana, para que se desconozca el Sí sobre la pregunta referente a la sustitución de quienes están en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, por una integración transitoria, que permitiría desmontar parte de la estructura de poder que dejó el correato.
Los dos que votaron para que se desconozca el Sí del pueblo ecuatoriano, sobre la citada pregunta, fueron Roberto F. Caldas de Brasil y Raúl Zaffaroni de Argentina.
Caldas fue miembro de la Comisión de Ética Pública de la Presidencia de la República y del Consejo de Transparencia Pública y Combate a la Corrupción de Brasil (2006-2012, gobiernos de Lula y Dilma). Eran los tiempos de gobiernos del PT vinculados con Odebrecht y otras empresas brasileñas. De ahí lo promovieron a la Corte Interamericana. ¿Idóneo este juez?
Zaffaroni, el despistado
Zaffaroni es profesor y tratadista muy conocido en el área penal. El 2003 se vinculó con el kirchnerismo. El 2015 fue a la Corte Interamericana.
El kirchnerismo lo protegió el 2011. En un inmueble suyo funcionaban prostíbulos. Un cartel tenía la imagen de Cupido, con arco y flecha, junto a la leyenda “Caramelitos y masajes, 24 horas”. ¿Podía haber duda de lo que se ofrecía en su interior?
Zaffaroni puntualizó: “Solo me limito a recibir el pago de los alquileres” (…) “desconozco a mis inquilinos y las actividades que realizan”.
Por coincidencia, Rafael Correa, que para la mayoría de los ecuatorianos todo lo sabía –lo que parecía evidenciar en las sabatinas y en otros espacios–, ha sido claro en que él no conocía los detalles económicos, ni los técnicos ni los jurídicos de los contratos de deuda pública, ni de los de las supuestas preventas de petróleo, en la década de sus gobiernos. Los “cumple-órdenes” son los únicos que deben responder.
René Ramírez
Por postulación del Gobierno ecuatoriano, René Ramírez, que fue en el correato secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación y presidente del Consejo de Educación Superior del Ecuador (2011-2017), es uno de los cinco designados por el Instituto de Educación Superior para América Latina y el Caribe de la Unesco, para la organización de la III Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe (CRES) del 2018 y su seguimiento en los próximos diez años.
La primera Conferencia Regional se realizó en La Habana el año 1996; y, la segunda, en Cartagena de Indias, el 2008.
La III Conferencia va a ser en la Universidad de Córdoba, Argentina, en homenaje a los cien años del Manifiesto de su Juventud Universitaria –junio 21, 1918– que impulsó la Reforma más importante de la Universidad Latinoamericana, consagrando los principios de autonomía, democracia, cogobierno y libertad de cátedra, que –aun con los errores que pudieron darse y se dieron– estuvieron vigentes en la Universidad ecuatoriana hasta que el correato los ahogó, sustituyéndolos –en las universidades públicas– con la sumisión ante su gobierno, el autoritarismo delegado a rectores, con la atribución de cambiar, en forma transitoria, a su capricho, a decanos y otras autoridades –antes elegidos por sufragio en el ejercicio del cogobierno– y las prácticas de corrupción que se fueron multiplicando.
Cientos de miles de jóvenes bachilleres no pudieron ingresar a la educación superior por un irracional régimen de ingreso.
Correa creó el 2013 las universidades que, en su prepotencia y vanidad, las llamó “emblemáticas”. Ninguna autónoma, sin democracia, ni cogobierno alguno, asignando a estas más dinero que para las otras universidades públicas o estatales, algunas centenarias, con historia de dignidad.
Esas “emblemáticas” son la Universidad Regional Amazónica Ikiam, aún bajo una comisión gestora; la UNAE, para formar maestros, lo que antes realizaban decenas de facultades de Ciencias de la Educación en las diversas universidades; la de las Artes, que es la que más ha avanzado; y, Yachay, supuestamente para investigación intensiva, que vinculada con la empresa pública de igual nombre, ha generado severos cuestionamientos.
Una obligación ineludible de profesionales, maestros y estudiantes universitarios será hacerle saber a la Unesco y a las universidades de la región lo que significó el correato y, en particular, René Ramírez para la Universidad ecuatoriana.
Para la anécdota
En la década de Correa las falsas titulaciones de sus colaboradores, su tío Pedro Delgado y otros se multiplicaron.
El vicepresidente Glas copió literalmente del sitio “Rincón del vago” parte de su tesis de grado. Los hermanos Alvarado Espinel y otros familiares se doctoraron en combo.
Correa, entrevistador
Lo va a ser desde el 1 de marzo de 2018, en Russia Today, canal dependiente del gobierno de Putin. Debe tener cuidado en las referencias y citas. Cuando era presidente, numerosas veces cayó en errores.
En la posesión del 2009, asumió que su “revolución ciudadana” era la realización de una supuesta frase de Eloy Alfaro: “cuando un pueblo despierta, cada palabra es una esperanza, cada paso es una victoria”. Los concurrentes se pusieron de pie, con un prolongado aplauso a lo expresado por Correa. La frase no fue de Alfaro. Fue escrita por Gabriel García Moreno en proclama del 12 de julio de 1853, a los electores de la entonces Provincia de Guayaquil, que habían votado por él para que represente a la provincia, en el gobierno de Urbina, cuando, bajo protección francesa, quiso desembarcar en Guayaquil y no se lo permitió el general Francisco Robles. (O)
Una obligación ineludible de profesionales, maestros y estudiantes universitarios será hacerle saber a la Unesco y a las universidades de la región lo que significó el correato y, en particular, René Ramírez para la Universidad ecuatoriana.