El ya famoso “kit agrícola” del programa de gobierno llamado la Gran Minga Agropecuaria incluía semillas certificadas, fertilizantes y otros agro-insumos para cultivos comunes, pero a nadie se le ocurrió sumar algún bidón para recolección de leche, o pistolas dosificadoras para vacunar ganado, o productos para control del nuche y garrapatas. Parecería que al Gobierno no le interesa este segmento de la producción, o que tal vez piensen que nuestra ganadería se encuentra en el mejor estado de eficiencia y desarrollo.

La verdad es que, salvo las grandes ganaderías donde han podido implementar programas de mejoramiento genético, la generalidad de nuestros pequeños y medianos ganaderos mantienen hatos irregulares, sin linaje ni lineamiento productivo específico, desarrollando sus ganaderías apenas como un complemento de sus labores agrícolas, sin conocimientos básicos de nutrición animal, ni controles sanitarios preventivos, ni reproducción controlada, reflejando como consecuencia paupérrimos niveles de productividad y por supuesto muy escasa rentabilidad.

Nuestros pequeños y medianos productores, que normalmente no han tenido acceso a tecnología básica en producción ganadera, manejan sus hatos en forma extensiva, es decir, sin apenas intervención humana en la manipulación y planificación; por eso y por la falta de capacidad económica han establecido el pastoreo como única alternativa de alimentación, sin saber siquiera que esta práctica que solo permite llenar la capacidad de ingesta del ganado, está muy lejos de ofrecerle a los animales los principios nutritivos que necesitan para ejercer actividades especializadas de producción.

La actividad ganadera debe ser resarcida, pero no en forma elitista sino con programas generalizados de fomento a nivel nacional. Para eso se deberá establecer desde el Gobierno un proyecto técnico para el mejoramiento genético de nuestra ganadería, pero sin repetir el error de buscar este resultado con la importación de vientres con mejores características productivas, porque esas hembras importadas estarán condicionadas al medio ambiente, al sistema de manejo, a la alimentación, a las construcciones y a todo el entorno donde se conducían en su lugar de origen, y que al ser traídas a nuestras ganaderías y encontrarse con distintas condiciones, no solo que disminuirán considerablemente su capacidad productiva, sino que además serán más susceptibles y proclives a las enfermedades.

La ganadería puede y debe convertirse en un gran frente productivo nacional, tanto para consumo interno como para exportación, lo que contribuiría a generar inmensas oportunidades laborales para el sector agropecuario, que tanto las necesita.

Un programa técnico para mejoramiento genético se debe basar en la inseminación artificial como medio reproductivo, y más aún cuando ahora contamos en nuestro país con excelentes establecimientos de extracción y preparación de semen calificado para inseminación, que deberían ser aprovechados para estos programas en que se intenta la adición de caracteres mejoradores.

En mayo 29 de 2015, la Organización Mundial de Sanidad Animal declaró al Ecuador: País Libre de Aftosa con Vacunación, certificación que nos permite exportar derivados de la producción ganadera nacional, pero lamentablemente nada ha ocurrido hasta ahora, y no se conoce ningún programa de gobierno dirigido a sacar provecho de esta oportunidad.

Sería lamentable que se descuidara el programa de erradicación de esta enfermedad, el que fuera establecido oficialmente en el año 1996, cuando por acuerdo ministerial publicado en el Registro Oficial 882, se dispuso la creación de la Comisión Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa, (Conefa).

La ganadería puede y debe convertirse en un gran frente productivo nacional, tanto para consumo interno como para exportación, lo que contribuiría a generar inmensas oportunidades laborales para el sector agropecuario, que tanto las necesita.

La empresa privada puede hacerlo como siempre ha pasado en nuestra historia, pero hoy más que nunca necesitamos la decisión del Gobierno para apoyar este proyecto, masificando y optimizando esta actividad que puede traernos enormes beneficios económicos, laborales y sociales. (O)