El principio de alternatividad o alternancia democrática, señala la conveniencia para el propio sistema político y, por ende, para todos los actores sociales, de la rotabilidad no solo en el poder sino en la representación de las distintas funciones públicas.
Rotación no significa que el poder pase de un grupo a otro alternadamente, sino que es garantizar un sistema de elecciones que permita la libre elección de los candidatos a través de un sistema de partido eficiente y transparente. “No podemos permitir las reelecciones indefinidas, sin alternancia en el poder la democracia no existe. La alternancia fecunda el suelo de la democracia”, sabias palabras de Winston Churchill. (O)
Jaime Benites Solís,
Médico clínico intensivista, avenida Samborondón