El tema resulta complejo. Cinco años de mi vida entre musulmanes me impulsan a enfocar el asunto con una visión personal. Mis alumnos, tanto en el Colegio Ibn Abad de Settat como en la Universidad de Casablanca, vestían como europeos, las chicas adolescentes no llevaban el hiyab (velo) sino faldas cortas, mas cuando sus padres me invitaban a una cena, veía a mis alumnas vestidas con el caftán (túnica sofisticada), se cubrían el rostro, mis alumnos lucían la djellaba (larga túnica blanca). Fátima, quien cocinaba en mi casa, nunca se quitaba el hiyab. Si yo le decía que nadie más que mi familia y yo podíamos verla, ella contestaba “Allah i shuf” (Dios me ve). Esa es una frase que oí numerosísimas veces, así como los católicos piensan que existe un Dios que todo lo ve y lo controla. En ningún momento me molestó que Fátima se vistiera así, le tomamos mucho afecto. Para ella mirar a una mujer con bikini era tan chocante como puede ser para nosotros ver a una musulmana con el rostro y el cuerpo cubiertos. En Marruecos jamás vi un burka. El burka completo o burka afgano cubre el cuerpo y la cara, llegando hasta los tobillos, lleva una rejilla de tela para permitir la visión. La ley afgana obliga a las mujeres a usarlo para ocultar su belleza, evitando excitar a los hombres. Si una mujer es agredida sexualmente mientras no lleva el burka, es culpable por provocar a los hombres. Para nosotros, desde luego, es totalmente inaceptable, inhumano.

Prohibieron a mi esposa el acceso a la catedral de Milano porque llevaba puesta una minifalda. Al final opté por vestirme como mis amigos marroquíes, guardé fotos de aquella época. En el mes de Ramadán seguí el precepto del ayuno, lo hice por solidaridad con mis alumnos sin por eso compartir sus creencias; tuve que alojar en mi domicilio a uno de ellos encargado de controlar mi más estricto ayuno. Criado en un catolicismo rígido, practicaba en la casa paterna el ayuno de Cuaresma. Nosotros aceptamos el bikini, hasta el topless (senos sin brasier), pero nos chocaría ver a todo el mundo andar desnudo. ¿Recuerdan lo del streaking?

La presencia de Dios (Allah) para los musulmanes es algo constante. Si alguien estornuda, los franceses dicen: “Que Dieu te bénisse” (Dios te bendiga). En Marruecos dicen: “Iarmuka Allah” (que Dios tenga misericordia de ti). El famoso saludo como signo de paz “Assallaamu Alaikum” (dominus vobiscum en latín) es algo que se repite mil veces al día, pero desdichadamente “Allahu Akbar” (Dios es grande) también es usado para fines ofensivos. La baraka es lo que los cristianos llaman la gracia divina. El da’wah corresponde a lo que los católicos llaman misión. Una amiga mía, marroquí, profesora de Literatura, reside en Bélgica y me escribe: “Me siento como tuvieron que sentirse los judíos cuando los obligaron a llevar una estrella de David amarilla”. ¿Prohibirán mañana el traje de los rabinos o las sotanas de las monjitas? Aterricemos inch Allah, hay problemas mucho más urgentes como el deterioro inquietante del planeta. (O)