Los guayaquileños se visten de guayabera, o de aquella camisa denominada liki-liki porque consideran erróneamente que son atuendos típicos de nuestra ciudad. Nada más alejado de la realidad, pues la guayabera es de origen panameño con influencias en ciertas partes del Caribe; y el liki-liki, que es una camisa parecida a la cotona, procede de la costa atlántica de Colombia. En cambio, la cotona blanca es la vestimenta del hacendado del agro costeño, cuya zona de influencia va desde el sur de Naranjal hasta la provincia de Los Ríos, y en los territorios bañados por el río Guayas.

La cotona blanca es la vestimenta más auténticamente relacionada con el folclor costeño del Ecuador. No esas cotonas con colores fuertes que son ajenas a nuestra identidad, y a nuestro clima. La cotona blanca es una camisa fresca de algodón cuyo propósito era proteger del calor a los hacendados que recorrían sus plantaciones a caballo, mientras que su cuello redondo, muy distinto al de la guayabera, evitaba que los bichos se introdujeran en el cuerpo de la persona, y el mejor acompañante de esa prenda ha sido el sombrero de paja toquilla, cuya elegancia ha permanecido junto al hombre costeño por generaciones para protegerlo del sol. El recordado historiador y folklorista guayaquileño Guido Garay, basándose en el hecho innegable de que la cotona blanca es nuestro mayor referente costeño, la popularizó en Guayaquil, a raíz de que fundara el primer grupo de danzas folclóricas costeñas llamado Cuadro Folklórico Montubio de Guido Garay, allá por los años sesenta, pero su uso en el campo data de cientos de años atrás.

Especialmente en estas fiestas que se recuerdan cada 25 de julio, día de Santiago, nuestro santo patrono, y durante todo el año, la prenda que deberíamos utilizar los hombres guayaquileños es la cotona blanca, y de esa forma honrar nuestras raíces.(O)

Gustavo Rivadeneira Romero,
Gestor cultural, Guayaquil