A propósito del Día del Pasillo, recuerdo un diálogo que tuve con el cantante Leonardo Enrique Kike Vega, de la decadencia del pasillo, que comenzó a fines del siglo pasado. Entre otras causas está la falta de buenas letras, los poetas de hoy desconocen la métrica, la rima, el ritmo y los acentos que son la base de una canción, o sea aplicar la matemática sonora al escribir una partitura.
Por eso los poemas que dieron origen a los pasillos El alma en los labios (poema de Miguel Ángel Silva, música de Francisco Paredes Herrera), Invernal (letra de José María Egas y música de Nicasio Safadi), Para mi tu recuerdo (letra de Arturo Borja y música de Miguel Ángel Casares, Arturo Borja); hasta ahora gozan de aceptación porque están basados en versos alejandrinos, o sea de catorce sílabas con pausa o hemistiquios en la séptima sílaba. Ahora ya no se enseña preceptiva literaria ni versificación en los colegios, por eso aunque hay buenos músicos, hacen falta buenos letristas.
La canción mexicana Mujeres divinas es ejemplo de buena letra, con versos de once sílabas (endecasílabos) y estrofas de cuatro versos con rima perfecta o consonante. En España el cantante, escritor, español Juan Manuel Serrat puso música a un poema de Antonio Machado, escrito en versos de ocho sílabas con rima perfecta: Caminante no hay camino.
Las instituciones culturales deben realizar seminarios para los que desean escribir buenas canciones, sobre todo, pasillos. Nuestro idioma es tan rico que prácticamente es una mina de oro.
Víctor Emilio Mota Merino, Guayaquil