Las faldas del cerro El Tablazo, ubicado en la cabecera cantonal de Santa Elena, siempre fue un sitio privilegiado. Su vista es impresionante porque se aprecian varias localidades peninsulares. Desde hace varias décadas la zona ha sido depredada inmisericordemente por explotadores de piedras –industriales y artesanales–, dejando un perjuicio económico y ambiental sin precedentes.
A través de esta columna hemos procurado detener ese abuso. Mediante seis artículos (publicados desde mayo del 2010 hasta julio del 2012) le he contado al país este drama, que fue complementado con el magnífico reportaje de una página –incluidas fotos del daño ocasionado– publicado el 11 de julio del 2012 por Diario EL UNIVERSO, titulado ‘Extracción de piedra afecta a El Tablazo, cerro de Santa Elena’. Fue una lucha tenaz. Aquello fue decisorio para que funcionarios del Ministerio de Recursos Naturales no Renovables controlen parcialmente la explotación del cerro y el Concejo Cantonal en pleno decida construir un mirador turístico y obras complementarias para embellecer el sitio. La obra tuvo inconvenientes con el primer contratista y fue entregada con indiscutible retraso.
Hace tres días, el mirador turístico fue inaugurado. También se reconstruyó el edificio de la iglesia católica; se habilitaron áreas de juegos infantiles, áreas de distracción para personas de la tercera edad, una preciosa pileta luminosa, una magnífica cancha de fútbol con césped sintético, entre otros trabajos. Miles de personas estuvieron presentes en el evento y comentaron en buenos términos. Particularmente, he criticado la gestión del alcalde de Santa Elena, ingeniero Otto Vera, pero en esta ocasión me permito felicitarlo por la realización de esta magnífica obra que eleva la autoestima de los santaelenenses.
Dicen que soñar no cuesta nada, pero cuando se sueña despierto –pensando en beneficio del prójimo– las cosas son distintas. Ayer parecía imposible detener la referida explotación, hoy la realidad es distinta. Pero la tarea no ha culminado, pues insistiré ante las respectivas autoridades que la explotación total del cerro culmine de una vez por todas. Los dos concesionarios (uno formal y otro informal), que todavía laboran, deben y tienen que abandonar ese lugar. No se puede alegar impedimento al derecho de trabajo porque en espacios aledaños existen canteras que contienen material pétreo similar.
Sería maravilloso que en la superficie aledaña al mirador se construya el Centro de Atención Ciudadana (CAC), que abarca las oficinas de la administración pública. Santa Elena, como capital de provincia, lo merece. Actualmente, el CAC funciona en un local inadecuado en Salinas. Ya se han gastado (no invertido) varios millones de dólares para readecuarlo, sin resultados positivos. Recientemente, el mandatario dijo que asignaría tres millones de dólares más para ese objetivo. Lo ideal es hacerlo donde corresponde (cabecera cantonal de Santa Elena), mejor si ahora se cuenta con una magnífica infraestructura. El CAC sería un complemento ideal.
Asimismo, seguimos empeñados en lograr que las instalaciones militares que operan actualmente en la Puntilla de Salinas sean trasladadas a otros repartos. El presidente Correa lo insinuó hace cuatro semanas y lo apoyamos abiertamente en ese objetivo. Su palabra debe ser honrada. Desarrollar a Salinas como un centro mundial de turismo sería espectacular, ya que dinamizaría la economía de los peninsulares y ecuatorianos todos. Instalar un teleférico desde la Puntilla hasta el cerro El Tablazo sería magistral. Las antenas de ciertas estaciones de radio y televisión deben ser reubicadas.
Insisto, soñar no cuesta nada, pero arrimar el hombro para hacerlo realidad es tarea de todos.