Mientras la Iglesia católica los desconoce como sacerdotes e incluso el padre César Piechestein, portavoz de la Arquidiócesis de Guayaquil, a través de sus redes sociales, los ha señalado con fotos y alerta a la comunidad, ellos ejercen una labor pastoral en el norte de la ciudad.

Se trata de un grupo de ocho personas, que se hacen llamar sacerdotes y se definen como viejos católicos. En el sector de Sauces 3 celebran misas dominicales y hasta prevén levantar un santuario para venerar a la Virgen de El Cisne, con el respaldo de los feligreses.

Según la página web de la Iglesia Misionera San Pablo de los Viejos Católicos, de Bogotá, a la que dice pertenecer este grupo, son parte de los veterocatólicos o antiguos católicos, agrupación que se separó de la Iglesia católica en el siglo XIX y que están en comunión con el anglicanismo, doctrina religiosa compuesta por elementos del catolicismo y de la reforma protestante, que tuvo origen con el monarca inglés Enrique VIII, en el siglo XVI.

Publicidad

La doctrina veterocatólica se fundamenta en las creencias y costumbres anteriores a las reformas plasmadas en el Concilio Vaticano I, convocado por el papa Pío IX, en 1869. Rechazan el dogma de infalibilidad papal, proclamado en dicho concilio.

Manuel Arízaga dice ser uno de los sacerdotes que practican el viejo catolicismo en la cdla. Martha de Roldós, donde hay una iglesia, y en Sauces 3. Pero aclara no ser veterocatólico.

“Somos bien católicos. Somos misioneros marianos de la Iglesia misionera de san Pablo”, asegura él, oriundo de Azuay.

Publicidad

De su formación sacerdotal comenta haberla cumplido hace casi 9 años en Colombia, donde está la sede de estos misioneros que, según él, data de hace unos 40 años.

Arízaga sostiene que como clérigos, los viejos católicos se deben a la comunidad a la que sirven, no a una diócesis. De ahí que, agrega, no tienen dependencia de la Curia local.

Publicidad

“El sacerdote va a la casa, ve a los enfermos, visita los hogares y participa totalmente con el pueblo. No es que solamente se pasa sentado en un escritorio”, refiere el religioso.

El domingo pasado, Arízaga participó en una misa con Xavier Antonio Guanulema, a quien identifica como el “arzobispo primado del Ecuador”, su líder en el país.

La ceremonia se efectuó bajo un techado de zinc y toldas con tres paredes de caña, en el terreno donde se proyecta levantar el santuario de la Virgen.

Allí, antes de la misa, unas 60 personas, algunas con camisetas con la imagen del papa Francisco, rezaron el rosario y cantaron alabanzas.

Publicidad

El arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui, considera importante que la gente diferencie entre un católico y quien no lo es.

“No puedes engañar a la gente diciendo que eres católico. Y de hecho en el Ministerio de Justicia hay un reglamento que, en su día, señaló que la condición de católico viene certificada por la Conferencia Episcopal”, menciona Arregui.

Según el arzobispo en este grupo hay quienes estarían tomándose el nombre de la Iglesia católica para pedir dinero.

Ayer, el padre Piechestein puso en su cuenta de Facebook una foto donde D. R. entrega una supuesta carta de renuncia como veterocatólico, pero distinto al grupo de Arízaga. (I)