Un olor concentra los mejores manjares que el mar les ofrece a los seres humanos. Así comienza a tomarse este aroma a mariscos los diferentes rincones de Guayaquil, donde los sentidos del olfato y el gusto son atraídos por el pescado curtido con limón y sal; el vapor sale de una olla donde se cocinan los camarones o la concha.