Su vida transcurrió en las aulas. Casi cumplía sus bodas de oro como docente del colegio nacional Vicente Rocafuerte hasta que, en el 2011, autoridades del Ministerio de Educación le pidieron que aceptara la jubilación. Y aunque se le cerró esa puerta de festejar 50 años como catedrático, a Gustavo Orellana Magallanes se le abrió completamente otra: la música.