Estados Unidos se ha convertido en su país de residencia. Hace un año nueve meses, la presentadora ecuatoriana Alejandra Jaramillo salió de Ecuador. Durante su última participación en el matinal En contacto de Ecuavisa, aparecía dando la noticia rodeada de sus compañeros que, al igual que el público, se sorprendían por su decisión. Esa misma tarde, acompañada de su hijo Sebastián, emprendían el vuelo para empezar una nueva vida lejos de su tierra natal.

Se fue con una maleta llena de sueños, afirmó tiempo atrás en el posteo que acompañó el recordatorio de los primeros 365 días sin pisar su amado Ecuador. Ahora, desde el departamento en el que reside en Miami, Jaramillo conversa con este Diario sobre su vida en el país que le ha dado un nuevo comienzo, en el que su nombre ya suena como una figura latina destacada del programa Siéntese quien pueda, de Univisión y en el que aspira a seguir fortaleciendo su imagen y carrera.

“Ha sido una montaña rusa de emociones, ha sido un proceso de mucho aprendizaje, de evolución, de momentos buenos, de momentos malos, como todo en la vida, pero yo creo que uno se queda con la satisfacción de saber que está dando lo mejor de uno y que es parte de los cambios que tiene la vida, que nada es lineal y que tenemos que adaptarnos, arriesgarnos”, afirma la también influencer, quien desde que migró también ha crecido en redes sociales. Solo en su cuenta de Instagram reúne a 3,9 millones de seguidores.

Con una relación muy estrecha con sus padres, a quienes el público conoce como los señores Caramelo (en referencia al sobrenombre de ella), una de las noticias que nos comparte es la mudanza de María Elena López y Julio Jaramillo –sus progenitores– a Miami. “Ahora estoy aquí también con mis papás, que me apoyan muchísimo, y eso me tiene muy contenta de que estamos mi papá, mi mamá, Sebas y yo, los cuatro, y eso para mí ha sido una bendición muy grande. Ya están viviendo acá, tienen un poco más de un año”, revela.

¿Cómo se sintió ese reencuentro con sus papás?

Yo creo que mis papás siempre me van a ver como a una niña. Me van a ver con esos ojos de niña y te lo digo porque soy mamá y he visto crecer a mi hijo y uno siempre los ve como pequeños, como frágiles, vulnerables. Yo creo que ellos me ven así y creo que existe una admiración mutua. Yo admiro a mis papás, ellos me admiran a mí por lo que hago, por lo que soy, por lo que logro y eso es bonito porque se ha generado una relación bastante sólida con ellos, de padres que siguen aconsejando a la hija, que siguen regañándola cuando la tienen que regañar y también, al mismo tiempo, hay una amistad muy bonita que obviamente prioriza el respeto y yo ya estoy en una edad más adulta. Ya tengo 30 años, entonces, a mí me encanta esa conexión que yo tengo con mis papás y que ustedes también la pueden ver en redes con la señora y el señor Caramelo.

Siéntese quien pueda es el programa que te abrió las puertas a la televisión internacional. ¿Cómo viviste el cambio de Unimás, el primer canal donde se emitió a Univisión, donde ahora se transmite?

En unos días vamos a cumplir un año (el martes 22 de agosto) y ha sido un cambio muy bonito, muy positivo, pues porque Univisión tiene mucho más alcance, el canal hispano más visto acá en Estados Unidos, ha sido muy bonito todo el proceso, haber empezado en Unimás. Yo creo que ese tipo de cambio se valora bastante y ha sido parte de la evolución del programa también. Primero nos pusieron un día de prueba, por unos premios, luego nos dejaron una semana y luego, poco a poco, nos dejaron permanentemente, hasta ahora. Tú sabes que la televisión es muy cambiante, pero hasta ahora es así. Nosotros estamos contentos.

Es un programa que se hace de lunes a viernes, hay un equipo de producción comprometido donde hay que buscar contenido nuevo todos los días, noticias nuevas, pero la verdad que nos hemos consolidado muy bien y me atrevería a decir que estamos muy contentos con los resultados y el trabajo que estamos haciendo.

Telemundo fue una de las primeras cadenas internacionales en las que hiciste audición para probar suerte en el extranjero, y ahora eres parte de los nuevos talentos de Univisión

Todo eso me hace pensar en que uno tiene que estar dispuesto a pasar los procesos, unos son más largos, otros son más cortos, pero uno nunca tiene que cerrarse a decir no por miedo o por tener una carrera y no hacer un casting. Yo creo que nosotros que trabajamos en esta industria, tenemos que estar dispuestos siempre a tocar puertas porque nada es permanente, porque siempre uno está buscando nuevas oportunidades, entonces, los castings son parte del proceso.

En los castings te dicen que no, te dicen que sí y en los castings hay una espera y te logran conocer y volver visible para los productores y la gente que caza talentos, yo considero que son muy positivos y no me arrepiento de haber compartido que en algún momento hice casting y que no salió en ese momento y que luego vino algo mucho mejor de lo que me esperaba. Me alegra haberlo compartido porque hay mucha gente que se guarda esos procesos, yo de hecho era una de esas personas, no me gustaba contar nada hasta que no esté dado, pero específicamente, en ese tiempo, me hizo muy feliz haberlo compartido porque creo que tenemos que estar dispuestos a recibir esos no, a saber, que no todo se da de la noche a la mañana y también para inspirar a más personas, que sepan que no todo llega así.

Que fue lo que me tocó a mí en Ecuador, que todo fue un trabajo de hormiga, pasito a pasito me llevó a construir la carrera que la gente conoce.

Jaramillo comenzó en la televisión ecuatoriana a los 12 años, cuando fue parte del programa que tenía como figura principal a la brasileña Paloma Fiuza, en RTS. Desde entonces han transcurrido 18 años, en los que participó en producciones en Gamavisión, RTS y Ecuavisa.

Ha sido un viaje muy bonito, lleno de experiencias, cada programa, cada show, un proyecto pequeño otro más grande, pero yo de todo me siento orgullosa. Regresar al pasado y ver cada cosa que he hecho me hace sentir orgullosa de lo que me llevó hasta acá

Alejandra Jaramillo

¿Qué realidades has palpado durante tu participación como panelista del programa Siéntese quien pueda?

Lo principal, que acá hay una realidad bastante latente y es que todos somos migrantes, no hay nadie de esta tierra. Todos hemos venido con sueños, hemos venido con aspiraciones. En Siéntese quien pueda hay una diversidad de banderas, de culturas, está Álex Rodríguez desde España, viene Lucho Borrego, de Colombia; Kerly Ruiz, de Venezuela; Vanessa Arias y Karla Gómez, de México; Catalina Mora y yo de Ecuador, entonces toda esta diversidad que existe es muy bonita porque me hace recordar que todos somos iguales, que todos tenemos oportunidades, que todos como latinos venimos acá a luchar por nuestros sueños y somos muy privilegiados de estar trabajando en lo que realmente nos apasiona.

A partir de ahí viene un aprendizaje y una combinación de culturas, por ejemplo, los latinos somos un poquito más parecidos en cultura y el hecho de que todos estemos dispuestos a adaptarnos y de sentirnos como en casa y formar un hogar laboral. Me pareció superlindo llevar un chef ecuatoriano al set y que prueben locro de papa, bolón ecuatoriano y que digan: qué, cómo es posible que no haya probado antes esto. Llevar un poco de mi cultura a ellos, aquí en Miami, a esta cadena de televisión hispana me ha hecho muy feliz. Compartir de mis raíces a través de lo que significa para nosotros la familia en Ecuador, nosotros somos muy unidos, muy familiares, la gente del canal conoce a mi mamá, a mi papá, conocen a Sebas, porque ellos son parte de mí, y yo siempre que puedo, si el momento y el lugar es el apropiado, estoy con ellos.

Trabaja con un equipo numeroso, pero ¿quiénes son más cercanos a usted?

Me llevo superbien con todos, te lo juro que sí, pero si tengo que mencionar a alguien se me vienen dos nombres a la cabeza. Vanessa Arias, que es una mujer con una personalidad completamente opuesta a mí, pero se ha robado mi corazón, es una gran amiga, es una gran compañera, la quiero muchísimo, ha venido a mi casa, hemos compartido fuera del canal. Existió una conexión ahí, no sé si es porque las dos somos sagitarios, pero nos llevamos muy bien realmente y del equipo de producción hay un compañero que se llama Diógenes, colombiano, que ha sido como un hermano para mí. Me ha ayudado muchísimo, me ha guiado.

Me llevo bien con todos, los adoro a todos, pero con ellos más y se me vienen más nombres a la cabeza, mis chicas del maquillaje, Liz Rivera, una puertorriqueña maravillosa. Es un ángel, Leslibeth Cunis que se encarga de mi peinado, es como una hermanita para mí. Creo que por el hecho de que somos migrantes, siento que me han acogido como parte de su familia y sabemos lo que cuesta estar lejos de su casa y de su familia.

Vive en Miami donde la comunidad latina es grande y se habla bastante español, ¿qué tal va la práctica del inglés?

Uff, almost a gringa (ríe al responder). Va más que bien, puedo decir que soy una lanzada con el inglés, soy una atrevida, me encanta encontrarme con gente que no habla español para practicar mi inglés y acá en Miami, de verdad es un reto. Yo me puse el reto porque acá es una pequeña Latinoamérica. A mis compañeros les dije que me hablen en inglés, tenemos conversaciones fluidas en inglés y siento que eso es como la base más importante para poder soltarte en el idioma, esas palabras del día a día, esas expresiones coloquiales que te llevan a fluir y a poder tener una conversación y comunicarte en el idioma. Incluso mis amigos me han felicitado porque he aprendido rápido.

Sé que se me sale por los poros que soy latina, pero donde vaya, así sea un café, hablo en inglés porque sé que la persona que me responde también es latina, pero de esa manera lo voy a practicar. Hay quienes responden en español, pero de eso se trata, de practicarlo. Me encanto leer en inglés, ver películas con subtítulos en inglés, para poderlo entender más, escuchar canciones, traducirlas, así que, si vienen para acá, pónganse las pilas con eso.

Ahora también ha entrevistado a varios personajes, ¿qué ha sido lo más retador al desempeñarse como entrevistadora y reportera?

Yo creo que, por el hecho de la premura, que tenemos una semana para conseguirla, eso vuelve a cualquier entrevista y personaje, así sea de la misma cadena, lo vuelve retador. El challenge es ese, conseguirla en una semana, mover cielo y tierra para obtenerla, porque debemos adaptarnos a los tiempos, y también hay entrevistas que se han caído, por la agenda y diversos detalles, todo esto nos hace valorar mucho más el trabajo del reportero como tal, el trabajo de campo y es parte del crecimiento también del show. Yo siento que en ese momento no hay espacio para el ego, siento que pegas mucho más los pies en la tierra y creo que al final lo importante es que el público disfrute de un buen contenido.

Hace poco también presentó el programa y también una de las anfitrionas de la alfombra roja de los Premios Juventud. De a poco empieza a ser más reconocida por la comunidad hispana en Estados Unidos...

Las dos fueron oportunidades muy lindas, yo siento que son esos momentitos que son como un regalo, son como una especie de palmadita en la espalda en la que decimos que nuestro esfuerzo vale la pena, mi sacrificio está valiendo la pena, lo que yo tengo para dar, el talento que tengo para mostrar está valiendo la pena, entonces, cuando me llamaron para Premios Juventud fue una alegría.

No tienes idea. Lo supe tres meses antes, pero no lo conté nunca, me lo guardé hasta el final no sabía si en un punto se iban a arrepentir y luego me iban a decir que no. Y cuando me dijeron que estaba confirmada, y me habían comprado pasaje, solo sabían mi mamá y las chicas de vestuario y los del canal que debían saber. Esto era muy especial y valioso y quería vivirlo en el momento en que se daba todo. Incluso los avances que empezaron a hacer, donde ya se decía que yo estaba en los Premios Juventud, lo hice de forma sutil, para anunciarlo hasta que ya estuviera en Puerto Rico. Fue una oportunidad muy grande para mí, transmitir el live vía streaming de los premios, fue un reto bastante grande, dos horas ininterrumpidas.

Tuve la oportunidad de entrevistar a Paulina Rubio, Zion y Lennox, Farruko, fue bonito y tuve unos compañeros increíbles que fueron Arana Lemos y Marko, aquí gana el nombre de Ecuador, cuando preguntan quién es Alejandra Jaramillo, porque suena mucho más Ecuador. Ahí solo estuvimos Danilo Carrera (el actor), que condujo Noche de estrellas, y yo.

La otra oportunidad, así haya sido un día, fue cuando Chiqui Baby no podía ir al siguiente día y me llamaron la noche anterior para decirme que presentara el programa (Siéntese quien pueda). Esas pequeñas oportunidades que no puedes dejarlas pasar y tienes que estar preparada, sin espacio para errores. Yo me quedo con la satisfacción de estar lista y ser productiva para el show.

Emprendedora

Mundo Keto es el trabajo que realiza fuera de pantalla. Es el emprendimiento que comenzó en Ecuador hace cuatro años y que mantiene, a través de asesorías virtuales con un grupo de especialistas a un grupo de personas que deciden cambiar su estilo de vida con una guía personalizada con alimentación cetogénica o keto.

“Aquí seguimos soñando con Mundo Keto porque siento que es una oportunidad muy bonita de cambiar, de impactar en la vida de las personas de manera positiva, a través de una vida activa, de una alimentación saludable, seguimos con nuestras rutinas, proyectos y productos”, menciona Jaramillo.

Vida en familia

Dedicada al ciento por ciento a su familia, como madre e hija, cuando no está en pantalla, compartir con ellos es su prioridad.

“Seguimos haciendo con mis papis los retos de baile que los invito a hacer para que me acompañen. Sebitas ya está en la etapa de la adolescencia, pero sigue siendo un niño muy familiar, es un niño que le encanta compartir con la familia, no se ha desprendido de eso y me encanta porque es parte de nuestra cultura ecuatoriana. Acá, la diferencia es que los niños de esa edad se apartan un poco. Me encanta porque compartimos los cuatro, me encanta porque podemos almorzar juntos, podemos cenar juntos. El fin de semana podemos salir juntos, Sebas ahora está en su academia de fútbol, le encanta bajar a jugar fútbol, está bien involucrado en el tema del deporte y creo que es porque me ha visto a mí, me dice para ir al gimnasio juntos, dice que quiere ser un futbolista profesional en el futuro y tiene que esforzarse”, cuenta.

Sueños laborales

“A mí el tema de la conducción me encanta, yo vibro cuando estoy frente a una cámara comunicando, me encantaría explorar muy bien esa área, porque ahora como panelista, yo doy mi opinión del show, pero me encantaría poder conducir un show como tal, o sola o con compañeros. Ambas dinámicas me gustarían lograrlas en Entretenimiento porque sigo moviéndome en ese mundo. En un morning show o talvez un late show. Yo no descarto el tema noticioso, pero algo a futuro, talvez en unos diez años, si la vida me sigue permitiendo estar en esto”, revela Jaramillo sobre las producciones en las que aspira a involucrarse más adelante.

La ecuatoriana también visualiza la actuación como otro de los escenarios en los que probaría suerte. “Talvez no Los Ángeles, pero explorar algo por México, sería muy bonito a futuro hacerlo, intentarlo. Yo creo que uno nada pierde intentándolo, sí me gustaría mucho por ahí, ver qué podría pasar con el tema de la actuación. Te digo México porque acá en Miami no están haciendo nada actualmente sino en México, pero eso sería como mover mi mundo otra vez”, dice.

¿Y si surgiera una oportunidad como actriz, se mudaría nuevamente de país?

Yo creo que sí, creo que si ya tomé el riesgo una vez, pudiera mudarme e intentarlo si es que me sale una oportunidad de trabajo. Siempre con los míos, con Sebas, mi mami y mi papi, que los tengo aquí de llavero. Contratan a la Caramelo y se llevan a la familia Caramelo.

Se la ha vinculado sentimentalmente en redes sociales con el tiktoker colombiano Beta Mejía, ¿qué ocurre entre ambos?

Bueno, no hay mucho que decir de eso. Es un tema que prefiero de verdad hacerle skip (pasarlo), pero nada más.

¿Son amigos?

(sonríe antes de respondernos) No tengo nada qué decir de eso. Nada. (E)