El día a día de los pacientes catastróficos se vuelve más caótico en Guayaquil. No solo porque se ha encarecido su tratamiento diario debido a la falta de energía, no tienen cómo conectar los equipos que los ayudan a mantenerse vivos.
Familiares de pacientes en estas condiciones han tenido días complicados ante este escenario de cortes y buscan la manera de mantenerlos estables.
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Ese es el caso de Lilian, quien tiene a su mamá de 86 años con diagnóstico de fibrosis pulmonar, enfermedad caracterizada por la sustitución de tejido pulmonar por tejido colágeno, un engrosamiento de los tejidos que impiden respirar con normalidad.
El problema es para quienes tienen concentradores de oxígeno que necesitan electricidad para funcionar.
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Dijo que antes se la conectaba a un procesador que le generaba el oxígeno durante el día, y solo tenía conexión directa al tanque de oxígeno en las madrugadas.
Sin embargo, ahora como se va la luz, no puede conectar el procesador y hay que mantenerla conectada al tanque de oxígeno todo el día.
“Le comprábamos un tanque de oxígeno en quince días, ahora hay que comprar cuatro. Ella necesita oxígeno para vivir, se va la energía, su saturación se cae, se le sube la presión de la angustia″, lamentó la mujer.
Ella agregó que toda la familia se ha unido para pagar los cuatro tanques de oxígeno que le toca por semana a su familiar, que gastan más de $ 200 semanales.
“Es un peso económico muy grande, nosotros que trabajamos y tenemos se nos complica mucho, no puedo imaginar cómo sea para familias que no cuentan con eso ingresos, de verdad es muy preocupante para todos en ese momento, pedimos a las autoridades que se revise esta situación para que los pacientes puedan tener energía”, manifestó la familiar.
Así como esta caso, hay decenas de pacientes con fibrosis pulmonar que están en una situación similar. Ellos acuden a comprar los tanques de oxígeno a la planta en Durán.
Personal de la Fundación María Gracia, ubicada en Urdesa central, indicó que no se puede dar atención permanente a pacientes con patologías graves debido a los cortes de luz.
Que al sitio llegan decenas de personas en busca de atención médica y no pueden atenderlos debido a que no tienen luz.
“Si un paciente llega enfermo, tengo que hacerle exámenes, para los exámenes se necesita luz, se necesita para que las máquinas puedan funcionar”, manifestó la asistente de la fundación.
Además en ese centro acuden pacientes con diversas patologías, como los niños con psoriasis.
Personal de la fundación comentó que llegan pacientes con esta patología, afectados porque tienen lesiones de piel, llagas, que luego se pueden llegar a convertir en infecciones debido al calor.
Añadió que debido a estas semanas de racionamientos han tenido baja llegada de donaciones de medicamentos, y esto también complica que los pacientes puedan tener su medicina a tiempo.
Tanto pacientes como personal de la fundación pidiero que se revisen los sectores de racionamiento de energía, sobre todo en sitios de atención médica y también en viviendas donde residan pacientes considerados como catastróficos.
Pepita de Zeballos, voluntaria y directora-fundadora de la Fundación María Gracia, expresó esta semana su inquietud por los casos de personas cuyas vidas dependen de equipos que funcionan con energía.
“Se me muere una paciente porque su vida depende de equipos que funcionan con energía eléctrica, esto es de vida o muerte, ayúdenme”, posteó un mensaje en la red X para exponer un caso.
El pasado 23 de octubre, la voluntaria arrobó un mensaje al presidente Daniel Noboa y la ministra encargada de energía Inés Manzano: “No se puede morir nadie por falta de energía eléctrica, quítennos a los que estamos “sanos” pero no a ellos, su vida depende de la luz. Me siento tan impotente, no sé qué haría si mi madre se muriera por esa causa. ¿Uds que harían?”.(I)