Con entusiasmo y alegría, Pablo Nivela observaba a su hija dando sus pininos en el primer día de clases de natación. El padre de familia, proveniente del suburbio de Guayaquil, contó que acudió a la Federación Deportiva del Guayas a inscribirla la semana pasada, tras conocer el deseo que su hija de 10 años tenía por aprender.