A partir de las 05:00 empieza su recorrido por calles del suburbio de Guayaquil. En medio de las vías desoladas avanza en su unidad a cada uno de los domicilios de los alumnos que debe conducir a un plantel del centro. En cada intersección, Jaime Montecé va tomando precaución. Suele ubicar los vidrios arriba, asimismo mantiene los seguros de las puertas, y al acercarse a un semáforo en rojo o reductor de velocidad está observando a su alrededor ante la posible aparición repentina de algún antisocial que se abalance hacia su vehículo.