Los cables cuelgan como guirnaldas, unos están ubicados en la parte alta, otros ya topan con el piso e interrumpen el transitar de los vecinos de las calles Costanera e Ilanes, en Urdesa central, norte de Guayaquil.
En esa intersección se puede evidenciar el desorden, peligro y mala imagen que hay en el sector debido a la acumulación y caída de cables, también llamados telarañas o tallarines que se cruzan en las esquinas.
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El alcalde Aquiles Alvarez anunció que ante el problema que tiene Guayaquil de tener cableado de sus diversos servicios colgado en postes, se realizó un estudio para poner bajo tierra esos cables.
Poner bajo tierra los cables ‘tallarines’ de los postes de Guayaquil demanda más de $ 300 millones
Esta sería una inversión de unos $ 333 millones y se empezaría la intervención con Urdesa, Guayacanes y Alborada.
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“Vamos a ir por zonas, es un sueño de los guayaquileños poder desenredar todos esos tallarines”, dijo Álvarez.
Dichos procesos serán elevados en octubre próximo para que sean adjudicados en 2026.
En Urdesa ya hay expectativa para que por fin ya salgan estos tallarines que afectan el paisaje urbano de la ciudad.
En la enredadera de cables se puede evidenciar que hay de diversas operadores de servicio de comunicaciones, unas que sí están funcionando y otros que ya pasaron su vida útil, incluso están dañados.
El alcalde detalló que participarán operadores de cable, internet y electricidad, quienes serán responsables de pagar al Municipio por el uso de los ductos subterráneos.
“A más de lo estético, ya va a mejorar el sistema de los servicios al estar más protegidos bajo tierra, habrá más cuidado, mejor tecnología y estética para el sector que es muy comercial”, dijo Alberto Freire, trabajador de un restaurante de mariscos en la avenida Víctor Emilio Estrada y Laureles .
Cuadras más al norte, en la intersección de las calles Costanera e Ilanes, por donde circulan miles de carros que llegan desde el Albán Borja, hay decenas de cables entrelazados, unos caídos al piso, otros colgando en medio de las veredas, a vista de transeúntes y vecinos de ese sitio.
“Son feos estos cables, ya tiene tiempo este problema, la gente le toca caminar en medio de los pedazos de cables, es peligroso, esperamos que de verdad ya se empiece con esto porque no es la primera vez que se ofrece”, dijo Fernando, trabajador de una veterinaria en la calle Costanera, Urdesa.
Juan, otro residente de ese sitio, comentó que días atrás un carro pasó y se enredó con esos cables.
“Esos cables estuvieron varios días en medio de la calle, un carro se los llevó, aquí pasan muchos vehículos porque esto se une con la parte del Albán Borja, por eso hay más afluencia”, comentó.
En varias calles de Urdesa como la calle Acacias también presenta este problema.
“Por seguridad y estética ya estos tallarines deben desaparecer”, dijo María Mena, residente de esa calle mientras salía de su vivienda a realizar algunas compras.
En otras zonas de la urbe, como Kennedy, Alborada y Sauces, se replican los escenarios con cables acumulados en distintas intersecciones. (I)