Shirley tenía 10 años cuando le diagnosticaron leucemia. Inició un tratamiento que incluyó quimioterapia y a causa de ello, empezó a perder el cabello. Así lo recuerda su madre, Bélgica, quien fue testigo de cómo la niña se deprimía cuando, al levantarse en las mañanas, veía la almohada con el pelo caído.