Juan Miguel Pallo, uno de los estudiantes de Fasinarm, trabaja en un reconocido hotel de Guayaquil. Él da asistencia como camarero a turistas y visitantes. Su conocimiento y desempeño lo llevaron a ser contratado como parte del 4 % de inclusión que debe tener cada empresa.
Él destacó en el puesto luego de ser parte del programa Bolsa de Trabajo Inclusiva de Fasinarm, que a través de la iniciativa del Centro de Entrenamiento Vocacional (CEVE) lo capacitó y acompañó a integrarse al entorno laboral, demostrando que el talento no conoce barreras cuando se brindan las oportunidades adecuadas.
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Así lo detalló Laura María Noboa, directora general de Fasinarm, este miércoles, 16 de octubre, en la presentación de este programa Bolsa de Trabajo Inclusiva, a propósito del Mes de la Concientización del Síndrome de Down.
Según cifras de Fasinarm, en Ecuador existen más de 619.000 personas con discapacidad registradas, según el Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis). De este grupo, solo un pequeño porcentaje tiene empleo formal, y las personas con discapacidad intelectual, especialmente aquellas con síndrome de Down, enfrentan las mayores barreras.
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En la presentación de la Bolsa de Trabajo Inclusiva, acompañada por la empresa Norlop, se presentó a 4 de los 30 integrantes de este programa, Jean Jorge Parrales, María Fernanda Trejo, Wilson Párraga y Jesús León, que han recibido capacitaciones de todo tipo para tener la experiencia del ámbito laboral.
En el Centro de Entrenamiento Vocacional (CEVE) de Fasinarm se les ofrece un proceso de formación integral de cuatro años, en el que sus estudiantes desarrollan habilidades técnicas y sociales, preparándolos para enfrentar los desafíos del entorno laboral moderno.
Este programa les permite acceder a empleos, potenciando su autonomía y contribuyendo al crecimiento de las empresas, explicó Noboa.
Entre las capacitaciones está la estación de entrenamiento, donde ven temas de preparación para un trabajo, servicio de portería, secretaría, auxiliar en servicios generales, asistencia de comedor. Incluso programas más extensos, como panadería, costura y otros más, que les permiten también incursionar en emprendimientos.
Noboa agregó que uno de los principales diferenciadores de Fasinarm es su enfoque de acompañamiento doble: no solo capacita a las personas con discapacidad, sino que también brinda asesoría y apoyo a las empresas durante todo el proceso de inclusión.
“Esto asegura que tanto el nuevo colaborador como su entorno laboral se adapten de manera armónica y sostenible”, dijo ella, e hizo la invitación a las empresas a unirse a la inclusión con propósito.
Personal de Fasinarm indicó que la Bolsa de Trabajo Inclusiva busca conectar a empresas para iniciar procesos de inclusión laboral con sus estudiantes adultos.
María José Callejas, experta en reclutamiento laboral, explicó que el tema de inclusión de personas con discapacidad es importante como parte del cumplimiento de la ley.
En Ecuador, las empresas públicas y privadas que tengan 25 o más trabajadores deben contratar el 4 % de personas con discapacidad en labores permanentes, apropiadas en relación con sus conocimientos, capacidades, condición física y aptitudes.
“Este tipo de programas son positivos; esto beneficia a las personas con discapacidad al otorgarles la oportunidad de crecer a nivel profesional y mejorar su condición económica como todos. Como empresa usualmente se realizan procesos de selección de forma igualitaria donde se miden habilidades y competencias, y son necesarias para ellos estas capacitaciones continuas”, comentó ella. (I)