El tiempo cuaresmal, los 40 días previos a la Pascua y Resurrección de Jesús, es una etapa que de acuerdo a la iglesia católica debe ser de penitencia y recogimiento. Su duración está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En esta se cuenta sobre los cuarenta días del diluvio y además los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, así como también de los cuarenta días de Moisés y Elías en la montaña, y por último, de los cuarenta días en los que Jesús pasó en el desierto antes de comenzar su vida pública.