Diana se sintió invicta toda la semana. Escuchaba a sus compañeros quejarse del dolor de garganta, otros con fiebre y tos. Pero este viernes, 30 de agosto, ella fue la que se levantó como si tuviera algo atorado en la garganta.
La guayaquileña de 40 años contó que sentía pesadez, ardor y picazón. En el momento en que la llamaron de su trabajo, apenas podía hablar con dificultad; ya casi estaba disfónica.
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Este malestar intenso de la garganta que presentan guayaquileños en esta época fría, considerada desde julio hasta agosto y septiembre, son infecciones por faringitis y amigdalitis.
La Dirección de Salud e Higiene del Municipio de Guayaquil informó que solo entre julio y agosto se hicieron 1.380 atenciones de enfermedades respiratorias en el hospital Bicentenario.
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De ese total, los casos de faringitis y amigdalitis son 70 y 28 en agosto, respectivamente.
La médico Carla Plúa, especialista en medicina familiar, explicó que se han incrementado los casos de infecciones de garganta y que se clasifican en faringitis-amigdalitis, que son virales, alérgicas o bacterianas.
En ese último grupo, las más frecuentes son por estreptococos, del grupo A, especificó.
Ella comentó que, de un promedio de trece pacientes diarios, al menos cinco acuden a consulta externa por cuadros respiratorios, desde catarro común hasta cuadros complejos, como infecciones bacterianas que producen bronquitis.
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Añadió que el principal motivo de consulta es malestar general; se acompaña de tos, que suele ser seca o con flema, y fiebre que es intermitente.
Otros de los síntomas que presentan los pacientes son cefalea, rinorrea, expectoración, dificultad respiratoria, disnea y taquipnea.
En el hospital Roberto Gilbert, de la Junta de Beneficencia, también se evidencia el incremento de estas infecciones respiratorias que afectan inicialmente a la garganta.
Entre los casos que llegan a este hospital están influenza, con mayor incidencia de casos, luego COVID-19 y virus sincitial.
Pediatras piden que se tomen medidas de bioseguridad, como la limpieza constante, evitar prestar juguetes y utensilios de comida, para no tener más contagios.
El doctor Orlando Pin explicó que no se debe enviar a niños con síntomas respiratorios a la escuela, y en los planteles deben tener precaución de mantener el distanciamiento entre pupitre y pupitre, un metro de separación.
Además, no compartir los materiales didácticos y bancos, volver a usar con frecuencia el alcohol en gel, niños bien hidratados y actualizar el cuadro de vacunas. (I)