Las reuniones familiares o de amigos y la observación de juegos pirotécnicos coinciden entre las costumbres de varios extranjeros que este año vivirán las fiestas de diciembre en un nuevo sitio para ellos. Estarán por primera vez en Guayaquil u otras localidades del país bajo distintas circunstancias como trabajo, labor social o visitas a familiares.
Pero algunas tradiciones navideñas y otras de fin de año, como la exposición y quema de años viejos, son poco conocidas entre ellos. Así es el caso de la estadounidense Jennifer Burright, que llegó hace unos quince días, aproximadamente a Guayaquil, siguiendo la recomendación de un sacerdote ortodoxo. “Es más barato, tiene mejor clima y tiene gente amigable”, cuenta en inglés sobre lo que ha escuchado del país.
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Ella revela que augura quedarse en Salinas, donde le han contado que el clima es confortable durante el año y la ciudad regularmente tranquila.
En su país, en Navidad, cuando su hijo era adolescente gustaba de vestirse de Papá Noel en la entrega de regalos o compartir de manera íntima con su familia. En este año, en el balneario peninsular pasará tranquila con su mascota y pedirá algo de cenar en Nochebuena.
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Lo que más le llama la atención serán las costumbres de fin de año como la quema de monigotes, que es algo llamativo para ella, ya que ese tipo de bienvenidas del nuevo año no lo ha visto antes. Antes, en Estados Unidos, acostumbraba a pasar en familia y ver los juegos pirotécnicos, dice.
Mientras conoce espacios de Guayaquil, ella cuenta que analiza la instalación de un establecimiento para ayudar en el rescate de mascotas en Salinas, encargarse del adiestramiento canino, labor que hacía en su país, y posteriormente ponerlos en adopción para familias acogientes.
Otro estadounidense que está de paso por Ecuador es Scott Campbell de 28 años, quien lleva en territorio nacional desde el primer trimestre del 2021.
Él de manera autónoma viaja en el país y ahora reside en Santa Elena. El norteamericano cuenta que tradicionalmente en estas fechas solía pasar en familia o saliendo a divertirse con sus amigos en alguna fiesta.
En el caso de Ecuador, el joven, que se dedica a la docencia, cuenta que ha conocido sobre la importancia de la religión en las familias locales que suelen asistir a misas o reunirse en familias en la festividad.
En esta ocasión, él lo hará con sus colegas de Montañita o comunas de los alrededores con quienes ha forjado amistad en sus labores en una escuela donde se mantiene impartiendo clases del idioma inglés y que la seguirá realizando unos meses más.
En Santa Elena, él cuenta que está entusiasmado sobre los festejos con pirotecnia y la quema de los años viejos. Para Navidad, bromea que le gustaría vestirse de Papá Noel para repartir alegría y compartir con los habitantes de la localidad.
En esta época también hay quienes llegan por visitar a familiares y pasar un tiempo con los suyos. Aquel es el caso de Feryenni Díaz, de origen venezolano.
Luego de pasar los chequeos sanitarios por la pandemia, el viernes 17 de este mes, ella pudo ingresar al país para compartir las festividades navideñas en el país con su hermana Génesis , que reside en Guayaquil, y ahora con ella aprovecha para conocer parte de la urbe.
Ella comenta que le gustaría aprender ciertas costumbres de la cultura ecuatoriana. En su tierra, el 23 de diciembre, cuenta que acostumbraba a iniciar la preparación de hayacas y guiso de carne, pollo y chancho para compartirlo en Nochebuena.
Ya para el fin de año, como en otros países, disfruta de los coloridos de los juegos pirotécnicos. “Me gustaría saber y aprender qué hacen aquí, me emociona estar aquí”, dice.
En esta ocasión, ella aunque conoce poco de las tradiciones locales también está a la expectativa de vivir la quema de monigotes tradicionales en año nuevo. Con su hermana y otros compatriotas residentes en la urbe prevé reunirse para ambas fechas en Guayaquil.
Aquellos que partieron en busca de mejores oportunidades de estudio o laborales al exterior también aprovechan para que los integrantes de las familias que formaron en otros países conozcan de las costumbres locales.
Por ejemplo, Geovanna Solís cuenta que una prima que reside en Estados Unidos arribará con su esposo y sus dos hijos de 12 y 14 años, antes de la Nochebuena. Para todos, excepto su prima, será la primera vez que vivan las costumbres locales.
Ella cuenta que su a llegada decidió esa opción antes de que sus hijos sigan creciendo y se pierdan de esas experiencias y valor arraigado que se lleva en Ecuador de vivir estas festividades en compañía de los seres más queridos.
“Los trae con esa ilusión que pasen Navidad y fin de año con ese ambiente familiar, porque dice que allá el estilo de vida es diferente, no hay quema de monigotes. Acá tienen la idea de ver eso”, cuenta emocionada Solís. (I)