En vísperas de Nochebuena y Año Nuevo, los hornos de varias panaderías del sur de Guayaquil trabajan sin pausa.
El servicio de horneado de pavos y piernas de cerdo se convierte, como cada diciembre, en un apoyo clave para las familias que prefieren delegar la cocción de los platos principales de la cena festiva.
Un recorrido por distintos locales revela alta demanda, agendas casi copadas y jornadas extendidas que empiezan de madrugada y terminan entrada la noche.
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En la panadería Jesús del Gran Poder, ubicada en la 22 y Capitán Nájera, el movimiento es constante.
Entre bandejas y vapor, Emma Yerena revisa uno de los hornos mientras explica que los pedidos se multiplican conforme se acerca la fecha.
“Estamos llenos de pedidos”, comenta al señalar un pavo destinado a una fiesta.
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Según detalla, el local ofrece un servicio integral: el cliente puede llevar la carne ya aliñada o solicitar el adobo en el mismo lugar, sin costo adicional. “A la gente le gusta nuestro aliño; nos han dado muy buenas referencias”, afirma.
Los precios varían según el tamaño de la pieza. El horneado puede costar entre $ 15 y $ 20, tanto para pavos como para piernas de cerdo, dependiendo del peso.
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Como incentivo, el negocio mantiene una promoción: por cada hornada obsequian un pan de Pascua.
La demanda ha sido tal que ya registran cerca de 80 reservas y capacidad para hornear hasta 200 piezas entre pavos y chancho, utilizando más de un horno.
El proceso toma entre tres y tres horas y media para un pavo, mientras que una pierna de cerdo puede requerir entre cinco y siete horas.
El trabajo, asegura Yerena, se sostiene con esfuerzo familiar, sin personal externo.
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A pocas cuadras, en la 15 y Capitán Nájera, la panadería de Diego Armando Zambrano Solórzano anuncia el servicio desde el exterior.
En la pared frontal del local, un letrero escrito a mano informa: “Se hornan pavos, chanchos y pollos”, una señal que atrae a los vecinos que se acercan a preguntar precios y disponibilidad.
La jornada allí empieza a las 07:00 y se extiende hasta las 22:00, cuando se entrega el último pedido. “Es sacrificado, pero es buen negocio”, resume.
En este local, el horneado de pavos tiene un valor aproximado de $ 10, mientras que las piernas cuestan entre $ 10 y $ 15, según el tamaño.
La panadería puede atender entre 50 y 60 piezas, gracias a que cuenta con dos hornos.
Zambrano explica que el pavo tarda cerca de dos horas, y la pierna, alrededor de cuatro.
El cliente suele llevar la carne aliñada, aunque, si falta papel aluminio, el establecimiento lo facilita.
El control de la temperatura es permanente para evitar que la carne se queme, una tarea que exige atención constante.
El trabajo se reparte entre él, su esposa y un familiar más, con jornadas que en los días más fuertes comienzan desde las cinco de la mañana.
Precios por libra
En la panadería El Molino, situada en la calle Francisco Segura, entre la 23 y la 22, Mara Reyes señala que, además del horneado, diciembre trae pedidos de tortas para escuelas y colegios.
El precio del servicio se calcula por peso: $ 0,50 por libra para pavos y otras carnes. El tiempo de cocción, indica, ronda entre tres y cuatro horas.
En todos los locales visitados, el denominador común es el mismo: alta demanda, horarios extendidos y hornos trabajando al límite.
Para muchos vecinos, confiar el pavo o la pierna a la panadería del barrio se ha vuelto parte de la tradición navideña, una solución práctica que permite ahorrar tiempo y garantizar que la cena llegue bien cocida a la mesa. (I)




















