La tranquilidad en la ciudadela Ferroviaria, en el norte de Guayaquil, no llegó con la colocación de rejas a lo largo de la avenida Barcelona. Los moradores solicitaron durante casi una década que se coloque una especie de muralla para evitar que sujetos crucen desde el lado del estero Salado hacia el barrio, pero esta infraestructura no mermó la delincuencia.