Con la bandera tricolor cubriendo el féretro y rodeado de cadetes de la Escuela Superior Militar de Aviación Cosme Renella (ESMA) se velan los restos de la capitán piloto de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) Diana Ruiz Solís.
Ella murió la tarde del martes en el accidente aéreo en La Libertad, donde también falleció el cadete Juan Pacheco Ramírez.
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Los restos de Ruiz llegaron al teatro Obrero de su natal Píllaro, en el norte de Tungurahua.
La oficial de la FAE murió en el accidente aéreo ocurrido el martes en la tarde, cuando piloteaba una aeronave de instrucción básica y esta cayó a tierra en el cantón La Libertad, provincia de Santa Elena. También falleció el cadete Juan Pacheco Ramírez.
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Los restos de la capitán llegaron este miércoles entrada la noche. Fueron recibidos con profunda consternación por familiares, autoridades cantonales, conocidos, amigos, miembros de la FAE y personas que le quisieron mostrar su saludo y oraciones por el descanso eterno.
El Gobierno Autónomo Descentralizado de Santiago de Píllaro decidió declarar dos días de luto cantonal y que la bandera flamee a media asta como símbolo de homenaje a Diana Ruiz.
Israel Chicaiza, alcalde de Píllaro, resaltó el orgullo y valentía de la capitán, que fue la primera mujer de la FAE en volar un avión supersónico.
Este jueves, en el teatro Obrero fueron evidentes las muestras de consternación por la muerte de la oficial de la FAE.
“Ella es un ejemplo para la juventud de nuestro cantón, sobre todo para las mujeres, porque cuando se pone esfuerzo, sacrificio y dedicación no hay metas que no se puedan alcanzar”, manifestó Gloria Tixe, pillareña que hace 24 años migró a España, pero al enterarse de la muerte de Ruiz quiso rendirle un pequeño homenaje.
Estefanía Soria manifestó que como pillareña está orgullosa de lo logrado por la capitán de la FAE. “Ella logró un objetivo que se creía era solo de los varones, como volar un avión supersónico. Eso es un ejemplo a seguir para nosotros los jóvenes”, comentó.
“No le he conocido a la chica, pero al saber de su muerte me dio mucha pena; por eso ahora vengo a orarle a Dios para que le reciba en su seno. Además, estoy orgullosa porque es una mujer que con dedicación consiguió algo impresionante: volar un avión supersónico”, dijo Irene Ortega. (I)