Los restos mortales del capitán Édgar Rosero, quien falleció en el accidente de la avioneta que se estrelló entre Sauces 1 y la cuarta etapa de la Alborada, en el norte de Guayaquil, fueron llevados a Quito tras cumplir los procedimientos de ley.
El comandante, quien era un experimentado piloto con cientos de horas de vuelo, fue llevado a la capital para su sepultura en el Camposanto Monte Olivo.
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De Guayaquil fue trasladado en un vuelo comercial. Tras salir de la ciudad, el avión fue despedido con un arco de agua, según la cuenta de Aviación Ecuador.
El arco de agua se realiza en ocasiones especiales para recibir o despedir a alguien en ocasiones que ameritan.
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Rosero era reconocido por ser uno de los fundaciones de la empresa Servicio Aéreo Regional Regair (Aeroregional).
De esa compañía fue gerente hasta el 2018 cuando la firma pasó a otras manos e incorporó una flota más grande para vuelos comerciales.
Juan José Guzmán, el otro capitán que falleció en el accidente, fue velado en el Camposanto Parque de la Paz, en la vía a la Aurora.
A Guzmán sus compañeros y pilotos que lo conocían rindieron homenajes con mensajes y esquelas.
Guzmán fue socio y vocal del directorio del Aero Club durante los últimos cuatro años. Ese club expresó sus condolencias por la pérdida del piloto.
Desde julio del 2021 se desempeñaba como jefe de base del aeropuerto de Guayaquil.
Cristian Armendáriz, el piloto sobreviviente del accidente aéreo en Sauces 1, se mantiene en cuidados intensivos. Allí permanecerá por lo menos 24 horas más bajo observación médica, se informó el miércoles 19 de octubre. (I)