Luego de realizar diversos exámenes en 180 pacientes de un hospital público del sur de Guayaquil, un equipo de médicos investigadores de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil detectó el incremento de una bacteria muy resistente a la medicación.
Esta es la bacteria Acinetobacter baumannii, una de las que se encuentran en la lista de las bacterias farmacoresistentes más peligrosas para los humanos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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La bacteria se ha vuelto resistente por el mal uso de los medicamentos, la automedicación y también por la incidencia del COVID-19. Está vinculada a pacientes hospitalizados con infecciones a las vías urinarias, neumonías y sepsis.
Esta investigación fue realizada por cuatro médicos de la UCSG, en cooperación con la Universidad de Granada, el Instituto Ecuatoriano de Enfermedades Digestivas y la Universidad de Jaén.
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Luz Abarca, médico e integrante del equipo investigador, comentó que empezaron la investigación debido a la alta incidencia de pacientes con neumonía asociada a ventilación mecánica. Todos los casos eran enviados al Centro de Resistencia a los Antimicrobianos (RAM) en el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi) para su confirmación, y al observar los resultados, decidieron llevar a cabo el estudio.
La microbióloga Tamara Núñez, médico y docente de la UCSG, detalló que el procedimiento fue extraer muestras de aspirados traqueales o lavados broncoalveolares en los pacientes para analizarlas en el laboratorio y luego procesarlas.
“Pero dependiendo de lo que yo determino respecto a la sensibilidad o resistencia a ese organismo, nosotros damos la alerta, primero a los servicios y luego al servicio de control de infecciones”, comentó Núñez.
El doctor Carlos Mawyin, médico investigador, explicó que es necesario recordar de manera constante la importancia del uso adecuado y la vigilancia de los antibióticos en todos los niveles, desde médicos especialistas y tratantes hasta residentes e internos de medicina.
Asimismo, enfatizó que las licenciadas y auxiliares de enfermería, así como el personal administrativo, deben asegurarse de que el equipo médico cuente con todas las herramientas necesarias, dada su responsabilidad en el tema.
“Este proyecto nace de una investigación de años de este microorganismo que, según la OMS, hoy en día constituye un grupo de amenaza de acuerdo con la resistencia antimicrobiana que tenemos”, manifestó Núñez, quien reconoce que, aunque el estudio fue en un hospital del sur, otros centros también tienen este tipo de bacteria.
Una de las sugerencias que se plantean en esta investigación es aplicar nuevos protocolos en pacientes en VMI (ventilación mecánica invasiva) o hemodiálisis, como dispositivos para evitar biopelículas del tubo endotraqueal o el drenaje de secreciones a través de vías subglóticas continuas o intermitentes.
Además de la aplicación de solución salina antes de la succión y una traqueotomía temprana. (I)