Garzas y patillos que andan por el mangle; golondrinas, loros, pericos y hasta el halcón montés grande o collarejo, que revolotean y que se posan en las ramas de los árboles a lo largo de los parques lineales del Estero Salado, son parte de las más de 100 especies que han observado biólogos, aficionados y visitantes en esta zona de Guayaquil, que quiere convertirse en un fuerte imán o atractivo para los turistas y estudiosos de la fauna.