Walter W. Wiesner Falconí,
ingeniero civil, Guayaquil.- La minería por sí sola causa grandes impactos medioambientales en el mundo. Ecuador no está exento del problema. Sus causas son esencialmente políticas.

Claro que los grandes problemas mineros se originan en el nivel artesanal y en la pequeña minería. En la primera, es la informalidad la causa del problema, luego viene la contaminación ambiental, depredación de yacimientos importantes con pérdidas para el Estado y el minero, graves deficiencias de seguridad, discriminación social y económica, conflicto con los formales, invasiones, falta de transparencia en los manejos financieros... Políticamente no es bueno permitir que la actividad se desarrolle en la informalidad, porque afecta la credibilidad del país cuando se afirma que es política nacional apoyar la inversión minera en condiciones de estabilidad y seguridad jurídica. En la pequeña minería hay un trabajo precario con faenas muy duras, graves deficiencias de seguridad con condiciones negativas para la salud, accidentes... En las causas políticas se observa una débil fiscalización del Estado. El Ministerio de Energía y Minas es el regulador de las políticas del sector minero, fiscalizador de normas ambientales y promotor de las inversiones; no existe institución que vigile sus actividades y proteja los intereses de las comunidades afectadas; por ello surgen problemas. La minería puede desarrollarnos, para eso hay que ubicar a personas idóneas, expedir ampliaciones a la ley que incorporen seguros ambientales que cubran desastres, accidentes y pasivos ambientales (estos seguros deben estar ligados a pólizas ambientales de ejecución inmediata). El papel del Ministerio de Energía y Minas será fiscalizar en forma adecuada las operaciones mineras, suspender al que no cumpla la ley, multar y hasta clausurar, desaparecer a empresas informales.

Walter W. Wiesner Falconí,
ingeniero civil, Guayaquil

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