¿Qué hace un físico en la cocina? Olfatea ingredientes frescos, los admira, se divierte experimentando para crear nuevas recetas; en fin, se relaja cocinando.

Es que Sumito Estévez, el chef venezolano, presentador en el canal de televisión por cable El Gourmet Chanel, antes de ser uno de los chefs más conocidos de América Latina fue licenciado en Física de la Universidad de los Andes, en Venezuela, confiesa que siempre amó la cocina. Sumito estuvo en Ecuador del 1 al 3 de mayo para dar clases interactivas de cocina en Sukocina (Village Plaza).

Publicidad

Dentro de la cocina
Hace unos 30 años, la profesión de cocinero aún no tenía el auge del que goza ahora, cuenta Sumito. “Cuando salí del bachillerato no era muy usual que uno quisiera ser cocinero. Empecé a hacer física porque me gustaba, pero terminando la carrera quería perseguir lo que siempre había querido hacer, así que apenas me gradué entré al mundo de la cocina profesionalmente. Fue una decisión que no fue fácil, pero que la tomé”, recuerda el chef, quien a través de 23 años aprendió del arte de la cocina sin necesidad de entrar a un aula.

“Aprendí con otros chefs, mis maestros. Empecé como ayudante de la estación del subchef. La cocina es un oficio, la gente la aprende oficiando, trabajando, quemándose”, comenta Sumito.

Publicidad

Desde 1989 hasta el 2003 este chef había metido su mano en unos siete restaurantes venezolanos como: Le Bistro, Sumito Restaurante, Vinoteca Delfino, y Deuxieme Etage, entre otros. En ese año, su catapulta para llegar a toda Latinoamérica y Europa fue la televisión, reconoce el chef.

De cocinar, Sumito disfruta “la tranquilidad que se respira siempre en una cocina”, sin embargo, lo más importante es el olfato, oler para él es toda una experiencia. “Soy muy olfativo, para mí es muy importante porque vivo de la nariz”, dice. Se define a sí mismo como un fanático de los vegetales y del pescado a la hora de crear platos, esto último debido a que vive en una isla (Margarita).

En estos años ya cultivó un estilo propio en sus creaciones. Sin dejar de lado lo tradicional de la cocina venezolana que le ha permitido “ser un embajador de su patria”, siempre busca rescatar los sabores latinoamericanos.

En Sambo
De su experiencia en Samborondón, cuenta que es la primera vez que da clases interactivas, sin una pantalla de intermedio. “Fue fabuloso, súper divertido. Son tres paralelos de seis personas cada grupo, voy cocinando y ellos van haciendo lo mismo y al final nos sentamos a tomar vino y a comer, se arma una cosa muy casera, muy familiar”, dice Sumito con ese acento característico de los venezolanos.