Me referiré a la apología del delito que hacen producciones que se pasan por canales de televisión.

Hoy en día, telenovelas ensalzan la actividad ilícita del narcotráfico, siendo los primeros receptores (televidentes) los adolescentes y personas que están en etapa de formación. Pese a que esta clase de producciones cuentan con 60, 80 o 100 capítulos, solo uno de ellos –esto es el último, que es destinado a manera de fin o desenlace al triste final que tiene la persona “villana” del reparto– da un mensaje de que todo eso es dañino; pero el mensaje no llega a los televidentes en formación, quienes se confunden y creen que dichas  producciones reflejan el camino fácil para conseguir dinero, una posición o senos, en el caso de las adolescentes de 15 años, y en general cualquier sueño, que con el trabajo digno y decente no se pueda realizar.

Yo me pregunto, si por aspectos de dar una información mal fundamentada se clausura un canal, ¿por qué no se realiza un verdadero estudio sociológico, para prohibir a los canales que transmitan dichas producciones? Cada vez hay más programación dañina, sin pensar qué transmiten a los adolescentes. Y después la gente dice “¿por qué el Ecuador está como está? ¿Por qué el mundo anda así?”.

Publicidad

Cada vez que uno enciende el televisor se topa con producciones sobre droga, que la mafia, que el delito, que tal persona de la farándula le dijo a otra esto o aquello; los asesinatos, sicariatos...

César Julio Cavanna Lavayen,
abogado, Guayaquil