Si un médico foráneo desease ejercer su carrera en otro país tendría que cumplir  un sinnúmero de requisitos y hacerse merecedor de una licencia que lo faculte para tal. Dudo mucho de que un médico graduado en Ecuador pueda alegremente entrar a Cuba y dedicarse altruistamente a curar cubanos.

¡Solo en un país como el nuestro, donde la autoestima es misérrima, se pueden dar cosas como que un gobierno con espíritu de tarima, importe galenos cubanos para que vengan a hacer lo que nuestros propios médicos pueden!

¿Acaso no existen buenos médicos en  Ecuador? ¿Cuál es el verdadero propósito de traer piñas a Milagro? Solo en Ecuador, y porque todos nos creemos la mamá de Tarzán, no tenemos instituciones que se dediquen a otorgar licencias para el ejercicio profesional, garantizando a la población que quienes la reciben, cumplen con mínimos estándares académicos y profesionales. Con gritar fuerte o fanfarronear que uno es especialista por haber hecho algún cursillo en el extranjero, ya creemos que es suficiente.

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Por eso, médicos cubanos que no han pasado por algún  control de calidad académico-profesional en Ecuador, pueden ejercer sus “buenos oficios” sin restricciones  ni limitaciones.

Juan Sebastián Utreras-Carrera,
médico,  Guayaquil