¿Quién se beneficia con la salida de Carlos Vera? ¿Quién está disfrutando y riéndose mordazmente por su renuncia?”. Creo que como yo muchos conocerán las respuestas.

Por ahora buena parte del público que seguía a Carlos Vera en su espacio matinal no solo lamentara su ausencia, sino  además se sentirá en un estado de indefensión total puesto que sus preguntas, cuestionamientos y opiniones eran muchas veces los mismos que el televidente hubiera querido hacer.

En algún momento pudimos estar en desacuerdo con cierto criterio editorializado del comunicador, y pudimos haber cuestionado sus naturales equivocaciones y humanos errores pero que jamás lograron empequeñecer su valentía, su sinceridad, su aguda inteligencia y su lucha por conseguir lo imposible como la “objetividad total”.

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Henry Carrascal Chiquito,
Guayaquil