Cada año lectivo se talan más de 6 mil arbustos para el consumo de  lápices y papel en el país.

Ocupó 25  de las 100 hojas que tenía su cuaderno para la asignatura de historia general del año pasado. Con la fotografía de un conocido cómic japonés en la cubierta, espirales con doble anillo y forro plástico incluido, Geovanny Rocafuerte, de 15 años, motivó a comprar el bloc a su mamá, porque estuvo de moda en   el último periodo escolar.

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La lista de útiles escolares de ese entonces solo mencionaba que debía tener 100 hojas, pero Geovanny buscó más accesorios para su libreta, aunque esto significó un gasto de $ 3,50 para su mamá. “Cada año los útiles  deben ser nuevos y   a mi gusto”, precisa.

Geovanny emplea cada año un promedio de seis a siete cuadernos universitarios, desde que ingresó a la secundaria. Él forma parte de los cerca de 3 millones de niños y jóvenes, cuyas edades oscilan  los 5 y 17 años, según estimaciones del Movimiento Contrato Social y la Organizacón de las Naciones Unidas para Ciencia y Educación, que estudian en establecimientos educativos en el país.

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De esta cantidad, 1’535.270 estudiantes pertenecen a la Costa y el   1’464.730  a la Sierra y Amazonía.

 En total, a nivel nacional estos consumen  18 millones de cuadernos aproximadamente cada año, lo que implica la tala  de casi 102.272 árboles.

Datos de la consultora ambiental Sambito refieren que se requieren de 17 árboles para procesar una tonelada de papel, suficiente material para elaborar unos 3.000 cuadernos universitarios de 100 hojas, según estimaciones del área de producción de Papelesa. 

En  Ecuador no se produce el papel, se lo importa, aun así coopera con parte de la materia prima (madera) que se consigue en  bosques tropicales de otras naciones.

Pero el uso indiscrimado y excesivo de papel no solamente perjudica a la vegetación, la fabricación de lápices en general también tiene un impacto, tomando en cuenta que el consumo de este producto en el país alcanza las 30 millones de unidades al año, refieren sondeos de la firma de origen alemán Faber-Castell.

Para este total de lapiceros  se requieren de  seis mil a diez mil arbustos.

En el caso de los bolígrafos, en donde se utiliza el plástico, uno de los derivados del petróleo, compuesto por hidrógenos, carburos, alcoholes y demás sustancias orgánicas hay más factores en juego.

Aunque no hay datos específicos del uso de plástico en los bolígrafos, estos poseen entre  0,7 a 0,57 mm  de tinta en  cada mina, que también tiene contaminantes.

“La tinta cuenta con sustancias químicas altamente tóxicas como  resinas termoplásticas y solventes, que pueden perjudicar  a la salud y medio ambiente”, señala Viviana Mero, especialista en ingeniería química. 

Estadísticas globales de la multinacional francesa Bic, que cuenta con una planta en  Ecuador, la producción de bolígrafos supera los 46,8 millones de unidades por año. Cada bolígrafo tiene una vida útil de 25 a 40 días  y registra una escritura de 2 a  3 kilómetros.

TRAS UNA CULTURA AMBIENTAL
Si bien la baja demanda por adquirir útiles escolares ecológicos no ha motivado que la industria local se anime a la fabricación u oferta de productos  con materia orgánica (que proviene de seres vivos), es importante inculcar una cultura ambiental, señala Sonia Janousek, gerenta de responsabilidad social de la consultora ambiental Sambito.

Entre las recomendaciones que se pueden aplicar está el uso de los dos lados de las hojas de cuadernos, libretas, agendas e inclusive de papeles sueltos.

“Una de cada diez hojas impresas en las oficinas apenas es leída, es un deperdicio enorme”, expresa Janousek.

Mónica Soria, bióloga del Jardín Botánico de Guayaquil, sostiene que ante el crecimiento de la contaminación es necesario que las empresas locales presenten otras alternativas de útiles escolares.
 
En países europeos y centroamericanos, por ejemplo, se comercializa papel elaborado con la fibra del banano (cáscara) y la caña de azúcar que producen materiales más baratos para los estudiantes.

Cifras

50
Por ciento.
El ahorro en la compra de útiles escolares llegaría a este porcentaje si se adquirieran materiales  ecológicos.

20.000
Hectáreas.
La deforestación de hectáreas de bosques en el mundo alcanza esta cifra a diario, por diversos fines, entre ellos, la producción de papel.