Las empresas que laboran directamente con el público, sean públicas o privadas, deben mantener entre su personal a profesionales que hagan bien su trabajo y sean receptivos en las aspiraciones de la gente que recibe sus servicios, a fin de corregir las falencias.

Expongo un caso en Interagua, donde se producen aglomeraciones diariamente por motivos repetitivos que no logran resolver. Fui a esas dependencias por un asunto de un familiar ausente en el exterior, pero ya no deseo perder otras horas, y por eso utilizo este medio para ver si así corrigen la falla. El sistema instalado en Interagua para hacer las facturas no refleja los pagos realizados los meses anteriores, como sí ocurre en otras empresas.

La factura de enero pasado presenta tres incongruencias que tienden a confundir a cualquier persona que utiliza el sentido común: primero, llegó un “recordatorio de pago” en el que anotan la existencia de dos planillas impagas por $ 15,52, amenazando con el corte del servicio de no acercarse a pagar; segundo, enviaron la factura de dicho mes (enero del 2007) donde anotan que la deuda anterior es de $ 49,79, y no de $ 15,52; tercero, registraron los pagos por $ 34,72 cuando realmente se canceló en diciembre del 2006 $ 14,57, cifra dictada desde Interagua mediante teléfono, respecto a “deuda pendiente”.

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Igual desorden se puede observar en la planilla de noviembre del año 2006, en la cual no se anotaron los pagos realizados ni los saldos.

Rodolfo López Osorio,
arquitecto, Guayaquil