El papa Benedicto XVI inició las festividades de Semana Santa con una misa de Domingo de Ramos dedicada a los jóvenes. Con vestimentas rojas y una mitra dorada, el Pontífice portaba una gran hoja de palma, lo mismo que las decenas de cardenales y obispos que lo acompañaron en el altar sobre la escalinata de la basílica, bajo un sol deslumbrante.