La rememoración de la muerte del filántropo guayaquileño Lorenzo Ponce, el 11 de febrero de 1908, permite traer a la memoria los nombres de otros personajes que en esta ciudad y la región se identificaron con importante labor, similar a lo que realizan en la actualidad hombres y mujeres que prefieren el anonimato.

Se trata de Calixto Romero Tutivén, Manuel Galecio Ligero, Alejandro Mann, Luis Vernaza Lasarte y Francisco García Avilés, quienes, al igual que Ponce y un numeroso grupo de compatriotas y extranjeros, aportaron para causas humanitarias e incluso al morir, legaron fortunas para ayudar a personas desvalidas y huérfanas de recursos económicos.

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Trayectoria
Lorenzo Ponce dejó  un importante legado para que se construyera el hospital psiquiátrico bautizado con su nombre en esta ciudad. Anteriormente, hizo repetidos donativos que la colectividad y las instituciones de beneficencia estimaron en sumo grado. Nació en 1824 y murió en una fecha como la de hoy, hace 97 años. Lorenzo Ponce siempre ayudó a los más necesitados.

Calixto Romero Tutivén, samborondeño (1837-1907), visionario y trabajador acumuló una respetable fortuna, que compartió oportunamente con familiares y sus conciudadanos, regaló parte de aquella para obras de carácter benéfico. En su testamento dispuso entregar sumas a su pueblo natal, la parroquia La Victoria y a nuestra ciudad. 

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Manuel Galecio, guayaquileño, nació en 1821 y falleció el 10 de marzo de 1889. Fue concejal y miembro de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. Trabajó por el adelanto material y cultural de la ciudad. Entregó donaciones al hospital general y para la instalación una sala de maternidad; al morir junto a su esposa dejó parte de su fortuna para la construcción del asilo Corazón de Jesús. Una calle y un asilo perpetúan su nombre.

Alejandro Mann fue ingeniero civil y de origen alemán. También se caracterizó por su desprendimiento y permanentes donaciones para ayudar a los desposeídos. Entregó fondos para el Hospital General y la construcción del hospital de niños que se bautizó con su nombre, pues igualmente dio sus conocimientos técnicos para culminar el edificio del indicado centro. Integró la Junta de Beneficencia y la Cámara de Comercio.

Luis Vernaza (1873- 1942) desempeñó la dirección de la Junta de Beneficencia por varios años, luego de ejercer los cargos de vocal e inspector del Hospital General por cuyo mejoramiento integral desplegó una entusiasta acción. Además, fue presidente del Concejo Cantonal de Guayaquil y de la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso, entre otras instituciones. El popular centro hospitalario y una calle recuerdan su nombre y obra.

Francisco García Avilés (1847-1926), noble hijo de Guayaquil, por cuyo adelanto laboró desde la presidencia de la Benemérita Sociedad Filantrópica del Guayas y Concejo Cantonal, además de la Junta Municipal de Beneficencia, Jefatura Política y  Gobernación del Guayas. Impulsó el desarrolló bancario de esta ciudad y la cuantiosa fortuna que acumuló en su infatigable labor agrícola y comercial, la dedicó a las obras de filantropía. Plantel, institución y calle de la ciudad exaltan su trayectoria.