Toda pareja tiene una historia de amor que contar. Y cuando hay hijos de por medio, ellos se enorgullecen de compartirla. Encerrados por el corazón
Con mis papis se cumplió el dicho de que a un paso del odio está el amor. Todo comenzó porque mi mamá y la hermana de mi papá eran las mejores amigas del colegio, por eso mi mami solía hacer los deberes en la casa de su compañera.

Allí conoció al ‘antipático’ del hermano (mi papá), con quien se llevaba terriblemente mal. Por alguna razón había un rechazo natural entre ellos.

Pero todo cambió un día en que mi mamá fue a la casa de su amiga para hacer un trabajo escolar, pero ella había salido. Es más, el único que había en la casa era mi papá, quien le dijo groseramente que se fuera.

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Pero parece que el destino metió su mano, porque cuando mi madre intentó marcharse, se dio cuenta de que la puerta principal estaba cerrada por fuera. Parece que, al entrar, ella accidentalmente la había cerrado mal.

En medio de reclamos, mi papá intentó abrir la puerta, pero como no pudo tuvo que ‘aguantar’ a mi mamá durante las ocho horas que permanecieron encerrados.

Al principio, no se hablaban, pero como mi mami es muy sociable, necesitaba hacerle conversación a la única persona que tenía a la mano, es decir, mi papá.

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Las primeras horas pasaron discutiendo, pero después de  tanto pelear terminaron hablando pacíficamente de varios temas.

Esta historia es increíble. Desde ese día mis padres comenzaron a conocerse, luego a salir, fueron enamorados por dos años y luego se casaron.

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Mi papá cuenta que la llevó a un balneario y planificó un momento especial para pedirle que fuera su esposa.

Sin que ella se diera cuenta metió el anillo de compromiso en el interior de un coco y lo subió a la palmera.

Ya con ella, mi padre bajó el coco dizque para beber el agua, y lo abrió.
Cuando ella vio el anillo dentro supo que aquellas ocho horas de encierro con ese hombre se prolongarían por años, como en efecto ocurrió.

Boris Moscoso (27)
Enamorado con cuatro hijos

Mi papá y mi mamá se conocieron en una fiesta, y desde el primer momento él quedó flechado porque comenzó prácticamente a perseguirla.

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Pero el gran problema estaba en que  mi papá era un hombre diez años mayor que ella, separado de un compromiso anterior y con cuatro hijos.

Eso no le gustó  a la familia de mi mamá, especialmente a mi abuelito y mi tío (papá y hermano de mi mamá) porque era la niña  de la casa y querían el mejor futuro para ella. Además porque mi papá no era el muchacho rico y del estatus  que hubieran querido.

En ese tiempo era común que las chicas salieran con un chaperón;  el de mi mamá, que  tenía unos 22 años, era un primo quinceañero que debía evitar que se encuentre con mi papá. Por ese trabajito mi abuelo le daba dinero.

Pero este primo también aceptaba plata de  mi papá para que lo dejara pasear a solas con mi mami. Así estuvieron cerca de un año, hasta que el papá de ella se enteró que el chaperón era doble espía. Entonces mi abuelito y mi tío fueron a buscar a mi papá para decirle que dejara en paz a mi mamá. De nada sirvió porque siguieron viéndose a escondidas.

Un día mi mamá le dijo a mi abuelito que  se casaría con mi padre aunque no tuviera el consentimiento de la familia, y así lo hicieron. Aunque por muchos años no vieron a los padres de ella, con el tiempo llegaron a tener una muy buena relación con ellos.

Recuerdo que mi abuelito materno, que ya falleció, solía decir que había juzgado mal a mi papá y que estaba feliz porque era un hombre bueno, que amaba profundamente a mi madre.

Valeska Ponce (26)
Se ganó una reina en la rifa
La historia de amor se inició en Ambato. Mis papás son de allá, y se conocieron cuando la familia de mi mamá arrendó una habitación junto a la casa de mi papá.

Allí se veían de vez en cuando y como mi papá era súper galante, le decía cosas bonitas a mi mamá cuando la veía. Pero ella no le prestaba mucha atención porque conocía la fama de coqueto que tenía él. Además ella sabía que mi papá era enamorado de la reina de un barrio vecino. Quizá fue por eso que mi mamá se postuló como candidata a reina del barrio ¡y ganó!

Por fin, mi papá y mi mamá se hicieron enamorados, aunque poco después él terminó con la relación porque decía que extrañaba su libertad.

Mi mamá se quedó triste pero aceptó la separación. Por contradictorio que parezca,  mi papi no se sintió satisfecho con la separación y días después intentó regresar con ella.

Él la iba a esperar afuera del colegio y la acompañaba hasta su casa tratando de convencerla de que deberían volver, lo cual consiguió después de mucho insistir.

Fue en uno de esos encuentros a la salida del colegio que mi mamá descubrió lo celoso  que era su futuro esposo.

Lo que pasó fue que en el colegio mi mamá recibió un talonario de 50 rifas para que las vendiera entre sus amigos, lo cual no le gustó para nada a mi padre.

Para evitar el contacto con sus amigos varones, mi papá le compró a mi mamá las cincuenta rifas él solito.

Y aunque no se sacó nada en el sorteo, él sabe que se ganó el mayor premio de todos, porque a los pocos meses se casó con mi mamá.