Tal como ocurrió en 2021, hay un sector de opinadores que, con el pretexto de combatir al correísmo, se oponen a cualquier buena intención política que no venga de sus preferidos.

Solo así se explica el silencio entusiasta ante el desastre del Ecuador, y, por el contrario, la articulada campaña desplegada para buscar en otras tiendas políticas lo que les estuvo prohibido escudriñar en la de casa.

Lamentablemente para ellos, y afortunadamente para el país, en 2023 el presidente Daniel Noboa eligió gobernabilidad y pragmatismo para liderar esta nave que surca turbulentas aguas y que de no mediar un buen timonel puede terminar de naufragar en el caos de un estallido social, producto de la inseguridad y falta de empleo.

Herencia de un país en ruinas

Porque para ellos y la agenda que les han trazado el objetivo no es derrotar al correísmo, claro que no; el objetivo es el fracaso del Gobierno y la estigmatización del PSC. Porque si ello ocurre, dirán que habrá sido por pactar con RC y PSC.

Es por esa razón que día a día aparecen los comentarios, las columnas de opinión y podcasts, todos difundidos y amplificados entre ellos, y con el apoyo de la tropa de trolls (algunos de carne y hueso), tergiversando, adjetivando, inventando e incluso mintiendo sobre los principales temas de la coyuntura política.

Batucada

Un ejemplo es la reciente calificación del Consejo de Administración Legislativa (CAL de la Asamblea Nacional) al juicio político contra la fiscal general de la Nación (Diana Salazar); juicio político absurdo, injustificado y que desde esta columna rechazamos, al tiempo que respaldamos su valiosa gestión en defensa de los intereses del país.

Apenas ello ocurrió, los soldados del teclado salieron uniformados y bien aleccionados a lanzar toda suerte de maldiciones y sentencias contra dicha actuación del CAL, pretendiendo posicionarla como una prueba irrefutable de la traición del PSC y ADN (bloque del Gobierno, que han manifestado su público rechazo al juicio político contra la señora fiscal) y, a la vez, un acto de respaldo cómplice a la “impunidad” que busca el correísmo.

Desafíos político-judiciales en seguridad

Tan prolijos en unos casos, como cuando exigían rigor periodístico a La Posta durante la investigación del Gran Hermano, y tan desprolijos en este, que omitieron revisar la Ley Orgánica de la Función Legislativa que expresamente establece como única atribución del CAL la revisión de requisitos formales de las solicitudes de juicio político, y peor aún, sustentando sus afirmaciones en el informe de la Unidad Técnica Legislativa (UTL), pero omitiendo citar el alcance presentado por la enjuiciante, 24 horas antes de la sesión del CAL, con el que subsanó las observaciones contenidas en el referido informe de la UTL.

Tan lúcidos y grandilocuentes en unos casos, y tan básicos en este, como para no entender que calificar al trámite no significa una opinión sobre el fondo del juicio, como tampoco lo es cuando un juez admite a trámite una demanda, o cuando la propia Fiscalía inicia una investigación ante la presentación de una denuncia.

El objetivo no es frenar al correísmo. El correísmo es la excusa. Es la trampa.

El objetivo es el fracaso del Gobierno y del país. (O)