En la avalancha de opiniones, análisis, entrevistas y memes sobre la consulta del domingo, me atrevo a sumar mi parecer a otros pareceres más ilustrados.

Lo que llama mi atención. Casi todos aseguraron que era una consulta para mejorar muchos aspectos del quehacer nacional, no se trataba de apoyo al Gobierno, a partidos o movimientos. Conocidos los resultados, todos los interpretan como un apoyo a su partido o su propuesta o su proyecto. Y curiosamente todos se proclaman ganadores y evidentemente los demás perdedores. Una foto patética del desencuentro nacional. De la falta de escucha a la realidad. Y de un desprecio al adversario en aras de vanagloriarse de su hipotético triunfo.

El camino por delante

Todos se refieren al pueblo esa masa más o menos amorfa, para alabarlo por su olfato político o para menospreciarlo por su falta de análisis y sus contradicciones, por ser presa fácil del marketing y dejarse influenciar por el populismo, y no seguir lo que los doctos analizan y saben. En todo caso, sin su voto nadie gana. Así que hay que reinventar nuevas técnicas de seducción para asegurar logros.

A pesar de lo que digan el pueblo es inteligente. Siguiendo a Umberto Eco, si intelectual es el que trabaja con su cabeza, un oficinista es un intelectual y Miguel Ángel no (intelectual sinónimo de instruido e inteligente). Sin embargo, aquellos que pasan repitiendo lo mismo de lo mismo como muchos profesores no son creadores ni inteligentes. En cambio, los que inventan mil maneras de sobrevivir, especialidad de nuestro pueblo, son creadores, y por lo tanto inteligentes. La consulta llama a revisar las opiniones y la engreída superioridad de quienes creen que el “pueblo” es una carta que pueden mover según su voluntad.

Construir soluciones

Lo que está claro es que 9 es bastante más que 2. Que la seguridad, la lucha contra la corrupción, las recuperaciones de los bienes mal habidos son considerados tarea fundamental. Y que los militares gozan de credibilidad en un país sumido en la depresión colectiva; el castigo es visto casi como la única forma de hacer justicia.

Mis preguntas, que comparto. La menor participación en la votación, además de la inseguridad, caminos devastados, miedo, apatía, incomprensión de las preguntas, ¿no tendrá peso en esa ausencia la enorme migración ilegal que arrasa nuestros pueblos, barrios y ciudades y la migración interna por causa de las vacunas, que han alejado de sus residencias a miles de compatriotas?

¿Por qué se van a trabajar por horas atravesando el Darién, pagando miles de dólares a coyoteros y votan no en la consulta al trabajo por horas? Por la experiencia compartida de miles de migrantes. Después de todos los peligros y humillaciones llegan ilegales a los Estados Unidos, consiguen trabajos pagados por horas, una vez por semana en muchas ciudades tienen abastecimiento de comida gratis para toda la semana y pueden comer gratis en albergues, todos los días. Ahorran, envían dinero a sus familiares y en 2 o 3 meses compran carros, trabajan por su cuenta y tratan de legalizar su estadía. ¿Comparable? No. ¿Incomprensible? No. Nadie se iría si acá consiguiera un trabajo que le permita un mínimo de seguridad laboral. Creo que hay que tener mayor respeto cuando hablamos de respuestas que no comprendemos. (O)