Las artes, como las conocíamos hasta hace poco, por lo pronto, no volverán a ser. Las grandes instituciones encargadas de la promoción y difusión de las artes visuales llegaron a medir el éxito de sus exhibiciones basándose en las altas cifras de afluencia de público, una situación que por cierto se había vuelto insostenible y afectaba el bienestar de los trabajadores, ya que aquellas equivalían a millones de dólares solo en taquilla.

Ahora que las artes visuales se han quedado sin público, ¿qué será de los museos, las bienales, las residencias, las exhibiciones, las ferias de arte y demás instituciones?".

Ahora que las artes visuales se han quedado sin público, ¿qué será de los museos, las bienales, las residencias, las exhibiciones, las ferias de arte y demás instituciones? Esta es una pregunta que quienes trabajamos en las industrias creativas de seguro nos hemos hecho a raíz de la pandemia. Asimismo, sin dudarlo, hemos experimentado un coctel de sentimientos, desde tristeza hasta angustia, tanto por la pérdida de seres queridos como por el futuro incierto que le depara a nuestra forma de vivir, en muchos casos nuestra vocación: a través de las artes.
El artículo That discomfort you’re feeling is grief (La incomodidad que sientes es duelo), escrito por Scott Berinato, publicado el 23 de marzo en la Harvard Business Review, identifica esa “incomodidad”, que siente la humanidad de manera colectiva debido a la pandemia, como “duelo”. Se basa en el libro Sobre el duelo y el dolor: cómo encontrar sentido al duelo a través de sus cinco etapas, escrito por David Kessler y Elisabeth Kübler-Ross, para explicar que naturalmente estamos atravesando las cinco etapas de duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

Como es el caso, en un principio negamos que esta pandemia está ocurriendo y que nos afectará; nos provoca ira el no poder seguir con la vida ‘normal’; negociamos con nosotros mismos los términos bajo los cuales pasaremos el aislamiento; nos deprimimos al presenciar la gravedad y el alcance de la crisis sanitaria en nuestro país; y, por último, aceptamos que esta crisis es inevitable, que debemos reinventarnos para sobrevivir y sobrellevar el dolor".

En un paralelo, que no busca comparar la monumental pérdida de un ser querido con la pérdida de las antiguas formas de vivir, se explica que las etapas de duelo no se viven de manera lineal y se vuelven más llevaderas al identificarlas. Como es el caso, en un principio negamos que esta pandemia está ocurriendo y que nos afectará; nos provoca ira el no poder seguir con la vida ‘normal’; negociamos con nosotros mismos los términos bajo los cuales pasaremos el aislamiento; nos deprimimos al presenciar la gravedad y el alcance de la crisis sanitaria en nuestro país; y, por último, aceptamos que esta crisis es inevitable, que debemos reinventarnos para sobrevivir y sobrellevar el dolor.
A través de los siglos, artistas de distintas disciplinas han intentado expresar la aflicción causada por el duelo. Hasta el siglo XVII, Rembrandt fue considerado el mayor representante del luto en la pintura; plasmó en su obra una vida teñida de pérdidas. A inicios del siglo XX, Pablo Picasso vivió su conocida “etapa azul” tras el suicidio de su amigo Carlos Casagemas; el acontecimiento fue la inspiración de su obra por los siguientes tres años, en la que predomina una gama cromática azul. Posteriormente, pintó una de sus obras de mayor valor artístico sobre el terrible bombardeo de Guernica, ocurrido durante la Guerra Civil española (coincidentemente el bombardeo tuvo lugar hace 83 años, un día como hoy, 26 de abril).
Oswaldo Guayasamín, artista ecuatoriano representante del indigenismo, crea a finales de siglo la Capilla del Hombre, para pronunciar el dolor y la miseria de la humanidad. El fin de siglo en Estados Unidos fue marcado por la pandemia de VIH, siendo inmortalizado posteriormente por el Names Project AIDS Memorial Quilt, de Cleve Jones, considerada la mayor pieza de arte comunitario del mundo. La mayoría de artistas se verán afectados por la pandemia de COVID-19, pero dentro del dolor y el duelo que podemos estar sintiendo, recordemos las palabras de Georges Braque: “El arte es una herida hecha luz”. (O)

Publicidad

ojosecosec@gmail.com
@lamenina_eluniverso