Su intención era crear una película que representara el deterioro de la relación de una pareja. De acuerdo con Justine Triet, ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2023, el concepto de Anatomía de una caída era retratar el desgaste físico y emocional de un cuerpo de manera técnica, como símbolo del declive de una historia de amor.

En la cinta de 2 horas y 32 minutos de duración, la escritora alemana Sandra (Sandra Hüller) y su esposo francés Samuel (Samuel Theis) viven desde hace un año en un pueblo remoto de los Alpes franceses junto a su hijo, Daniel (Milo Machado-Graner). Cuando Samuel aparece muerto en la nieve cerca de la cabaña donde viven, la policía se pregunta si se suicidó o fue asesinado.

Sandra será la principal sospechosa del presunto homicidio y, poco a poco, el juicio se transforma no solo en la investigación de las circunstancias en las que murió Samuel, sino en un perturbador viaje psicológico al interior de la conflictiva relación entre Sandra y Samuel.

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“Esta pareja tiene un hijo que descubre la tumultuosa relación de sus padres durante un juicio que indaga todos los aspectos de su pasado. A medida que se desarrolla el juicio, el niño pasa de un estado de confianza total en su madre a un estado de duda, lo cual marca un quiebre en su vida. La película sigue de cerca esta transformación”, explicó en una entrevista promocional de la cinta que se estrenará en Ecuador el jueves 8 de febrero.

Bajo la mirada de la cineasta, la película tomó la forma de un interrogatorio prolongado, con escenas que van desde el hogar de la pareja hasta la sala de audiencias, donde los personajes son interrogados constantemente. “Quise darle un sentido de realidad utilizando un estilo documental tanto en la narración como en la fotografía. Para lograr este objetivo, opté por mayor simplicidad: la ausencia de música adicional y un tono descarnado, sin adornos, que diferencia esta película de mis trabajos previos”.

El guion se elaboró con la asesoría del abogado penalista Vincent Courcelle Labrousse para garantizar la precisión de los asepctos técnicos de la historia. “Lo consultamos con frecuencia para comprender mejor cómo se llevan a cabo las audiencias en Francia. Lo que nos sorprendió fue que los juicios en Francia son algo desorganizados, lo cual difiere mucho del enfoque más estructurado que se observa en los Estados Unidos. Esto me permitió crear una película bien francesa y adoptar un enfoque diferente de los dramas judiciales estadounidenses, que son más aparatosos”.

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Para Triet, la interpretación de Hüller le terminó de infundir el aura realista que el filme demandaba. “Creí que Sandra le aportaría complejidad y profundidad al personaje, sin que fuera un mero ‘mensaje’. Apenas empezamos a rodar, me sorprendió su convicción y autenticidad”, recuerda. “A veces, incluso desafió mi guion y me obligó a revisar ciertas escenas. Tiene una presencia palpable y su interpretación del rol dejó una huella duradera en la película”.

Encontrar el actor perfecto para Daniel fue una tarea meticulosa, pero necesaria.

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“Jill Gagé, asistente de casting, lo descubrió. De inmediato, nos sorprendió con su talento natural. Milo se ocupó de tomar clases intensivas de piano. Cynthia y yo consultamos a expertos en discapacidad visual para determinar el nivel adecuado de discapacidad para el personaje. Decidimos que tendría un nivel de discapacidad visual leve, un gran grado de miopía que no afectara la visión periférica. Milo es un niño increíblemente talentoso con una capacidad intelectual y emocional extraordinaria y un sentido sutil de la melancolía”.