En este siglo de grandes avances y también de mayores complejidades tecnológicas y de interacciones humano-humano, humanomáquina y humano-sistemas digitales, los expertos coinciden en que es fundamental tener una buena salud mental. “Se requiere de un estado cognitivo fuerte y adaptable a los cambios de los contextos y del entorno”, afirma el médico psiquiatra y psicólogo clínico Carlos Orellana Román.

“El que goza de buena salud mental tiene las bases de adaptabilidad y resiliencia, incluso hasta para aprovechar los cambios que se producen en su entorno; más aún el poder ser el protagonista de las modificaciones del ambiente”, agrega el subdirector del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil.

Para Orellana, desde hace tiempo se rompió ese estigma de ir al psicólogo con vergüenza. “El mundo ha cambiado y la salud mental se constituye en el don más precioso del ser humano. Porque al psicólogo no va la gente que tiene problemas, puesto que todos en mayor o menor medida tenemos problemas. Al psicólogo va la gente que quiere resolver, aliviar y superar sus problemas”.

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En todas las etapas de la vida surgen crisis, que las vivimos de diferente manera e intensidad, explica el doctor. Sin embargo, “hay etapas que son más decisivas y que conllevan más crisis, y por eso requieren de mayor cuidado, como la preescolar y escolar para prevenir los sentimientos de culpa, miedos e inferioridad; también la de la adolescencia para prevenir la confusión de identidad y la de la vejez para prevenir el estancamiento y la desesperanza”.

Al psicólogo va la gente que quiere resolver, aliviar y superar sus problemas. Va la gente que quiere tener una mejor calidad de vida y no hacerse problema. Va el que desea una vida mejor para sí mismo y para los demás

Dr. Carlos Orellana Román, subdirector del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil.
Principales trastornos psicológicos en los niños:
  • En el retraso mental se deben aplicar programas de intervención temprana y de forma interdisciplinaria.
  • Los trastornos del espectro autista deben ser tomados de acuerdo con el tipo de trastorno, no es lo mismo el síndrome de Rett que el de Asperger; tampoco una conducta autista es de por sí una patología, puede ser una neurodiversidad sin problemas.
  • En el trastorno de déficit de atención se debe triangular la intervención psicológica con la medicación (si hay necesidad) y el ambiente escolar.
  • En los trastornos negativistas-desafiantes se debe involucrar no solo a los profesores, sino a todos los familiares en el tratamiento del psicólogo.
  • En los diversos trastornos de ansiedad y depresión se debe terminar el programa de psicoterapia, frecuentemente con intervenciones familiares.

¡A disfrutar de los pequeños momentos positivos del día!

Para llevar una vida sana y libre de ansiedad o depresión, el director médico del Hospital de Salud Mental, Aldo Rimassa N., aconseja disfrutar de los momentos positivos diarios que se presentan, así sean pequeños; no minimizarlos ni restarle importancia a esos instantes de felicidad.

Agrega que las situaciones negativas hay que afrontarlas de la mejor manera posible, “siempre junto a alguien, ya sea un familiar, amigo, pareja o un profesional que te ayude a superar ese momento y darle vuelta a la página lo más pronto posible”.

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Pero ¿qué es la depresión? “Es un estado en el cual nuestro estado emocional tiende a estar decaído con síntomas como apatía (indolencia), anhedonia (incapacidad de sentir placer), abulia (falta de voluntad), estados de tristeza, llanto fácil y nos condiciona en nuestro accionar en la vida cotidiana. Para uno poder decir que padece de depresión debe presentar esta sintomatología al menos dos semanas y estar presente la mayor parte del día durante este tiempo”, responde el médico especialista en psiquiatría y salud mental.

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Por el contrario, “la ansiedad es una enfermedad que nos lleva a un estado de nerviosismo extremo o al límite, que nos pone en estados de angustia, los cuales no nos permiten realizar nuestras actividades de manera adecuada. Cuando se encuentra en estados severos ocasiona síntomas físicos de somatización como mareos, dolores de cabeza, náuseas, insomnio, sensaciones de ahogo, taquicardia, palpitaciones, sudoración, pérdida del apetito, disminución de la libido, entre los más comunes”, explica Rimassa.

Al momento de ir a dormir, no utilizar el celular o prender el televisor; mantener la habitación confortable, ya sea climatizada y oscura; usar pijama cómoda, no apretada; y de preferencia ducharse una hora antes. Estos hábitos del sueño nos ayudan a descansar y a estabilizar nuestros estados de ansiedad y depresión

Dr. Aldo Rimassa N., director médico del Hospital de Salud Mental.
Factores que causan estados de ansiedad y depresión:
  • Genéticos: predisposición que se forma durante el desarrollo en la gestación.
  • Hereditarios: cuando tienen familiares que padecen esta condición y entre más cercanos sean, mayor es la probabilidad de padecerla también.
  • Neurobiológicos: alteraciones de los neurotransmisores, sobre todo los serotoninérgicos, dopaminérgicos y noradrenalina.
  • Epigenéticos: son situaciones ambientales o en su entorno en el cual se desarrolló la persona y que pueda ocasionar estados de ansiedad.
  • Psicológicos: son los traumas en la infancia que puede presentar la persona como abuso físico, psicológico, verbal, sexual, etc.

Demencia, una enfermedad neurodegenerativa

A medida que el individuo envejece, en el cerebro ocurre el fenómeno de apoptosis o muerte neuronal ‘programada’, que representará en cierta medida pérdida de memoria, cambios en el estado de ánimo y dificultades sobre las actividades básicas de la vida diaria (ABVD).

“Cuando esta muerte neuronal avanza de manera progresiva y acelerada, hablamos de demencia. Esta es una enfermedad neurodegenerativa y multifactorial, aunque no existe una causa per se; hablamos de factores de riesgo genómicos, cardiovasculares, sedentarismo y mala alimentación”, explica Álvaro Lucero Carrera, médico neuropsicólogo clínico.

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En la mayoría de los casos, los pacientes debutan con síntomas cognitivos como olvidos, dificultad para recordar eventos recientes, desconocimiento de caras, objetos. Sin embargo, “es frecuente también encontrarnos con cambios de humor, irritabilidad, apatía y aislamiento social”, agrega el jefe del Servicio de Emergencias del Hospital de Neurociencias Virgen de Fátima.

Existen demencias de inicio temprano y tardío, agrega Lucero. “La ciencia nos ha demostrado que ya no es una enfermedad destinada a la vejez, por lo que el término demencia senil ha quedado obsoleto por su connotación peyorativa. En la actualidad hay pacientes que debutan con síntomas entre los 50 y 55 años, con mayor frecuencia mujeres”.

Como parte del tratamiento hay fármacos que tienen alta evidencia científica en el mejoramiento de las funciones cerebrales, además de medidas no farmacológicas como la neurorrehabilitación, terapia física y ocupacional, que ayudan a promover la autonomía del paciente y a no Principales trastornos sentirse excluido o marginado.

El 70 % de las demencias que tratamos en el hospital obedecen a la enfermedad de Alzheimer (EA) y el 30 % restante corresponde a demencia vascular, frontotemporal o de Lewy, incluso algunas de presentación mixta

Dr. Álvaro Lucero Carrera, jefe del Servicio de Emergencias del Hospital de Neurociencias Virgen de Fátima.
Psicoeducarse, recomendación para los familiares

Entender el comportamiento de la enfermedad que padece el paciente repercute positivamente sobre el seguimiento de esta, le permite al cuidador tener una mejor tolerancia y calidez a la hora de tratarlo, mejorando la calidad de vida familiar.

Adicionalmente, Lucero sugiere asistir a consultas y asesorías con el personal sanitario, para evitar el síndrome del cuidador (burnout), que incluye agotamiento físico, emocional y mental. (I)