El corazón es el órgano que bombea sangre a todo el cuerpo y el músculo que más trabaja. Con cada latido este ejerce una presión sobre las arterias y a esto se le llama presión arterial.

Es común escuchar hablar de la hipertensión, una afección que ocurre cuando los niveles de la tensión suben de forma continua y sostenida, como explica la Fundación Española del Corazón (FEC), pero cuando la presión arterial baja recibe el nombre de hipotensión.

¿Qué significa tener presión arterial alta y pulso bajo? Síntomas, tratamiento y riesgos para la salud

¿Cuándo se considera presión arterial baja?

La presión arterial se registra en milímetros de mercurio (mm Hg) y se considera normal cuando se ubica en 120/80 mm Hg. Una presión arterial es baja cuando la medición es inferior a 90/60 mm Hg y ocurre cuando el cuerpo no recibe suficiente oxígeno y nutrientes.

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Una forma de ayudar a una persona con hipotensión es acostarla y levantarle las piernas en unos 45 grados (maniobra de Trendelenburg). Foto: Pexels.

Cuáles son los síntomas de la presión arterial baja

De acuerdo al Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHILBI), en algunos casos esta condición no muestra señales; sin embargo, cuando ocurre de manera repentina hay quienes experimentan algunos síntomas como:

  1. Piel fría y sudorosa
  2. Respiración rápida
  3. Tono azulado de la piel
  4. Pulso débil o rápido
Piel fría, debilidad y pulsaciones irregulares son algunos de los síntomas de la presión arterial baja. Foto: Freepik.

Es probable que la persona con tensión baja también presente otras señales como:

  • Mareos o aturdimiento
  • Náuseas
  • Visión borrosa
  • Confusión
  • Dolor de cuello o espalda
  • Debilidad o sensación de cansancio
  • Dolor de cabeza
  • Desmayo

¿Qué provoca presión arterial baja?

Cuando se experimenta una presión arterial baja de manera repentina puede estar relacionado a un problema de salud por lo que requiere atención médica como sugiere NHLBI.

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Una tensión baja puede tener varias causas como la deshidratación, la pérdida de sangre, algunos medicamentos o enfermedades como la diabetes o problemas cardíacos.

En caso de que presente algunos de los síntomas antes descritos de manera repentina procure sentarse o acostarse y tratar de elevar las piernas para que sus niveles se normalicen. Si no mejora en minutos considere consultar a un médico. (I)

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