¿Alguna vez te has parado a observar detenidamente la pintura de tu auto en busca de alguna imperfección? En los talleres de carrocería, los mecánicos saben muy bien lo que significa la exposición prolongada al sol: manchas, decoloraciones y ampollas en el metal. Lo que quizás no conoces es que esas marcas en la pintura tienen un parecido con una de las formas más peligrosas de cáncer de piel: el melanoma.
Este es solo un recordatorio visual de que el daño solar no discrimina y puede ser tan visible como una mancha en tu vehículo, pero mucho más peligroso si no le das la atención necesaria. Es una metáfora poderosa, una invitación a mirar más allá y entender que nuestro cuerpo también refleja el daño que le hacemos.
La nueva campaña de Umbrella denominada “Así se ve el cáncer de piel, en la pintura de tu carro” -difundida en la capital ecuatoriana-, nos invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestra piel, recordándonos que esta acción no solo es un acto de amor propio, sino una responsabilidad que puede salvar nuestra vida.
Es bien sabido que, en nuestras culturas latinoamericanas, especialmente entre los caballeros, los rituales de cuidado personal suelen limitarse a un buen baño y alguna loción para el cuerpo o el cabello. Sin embargo, prevenir el cáncer de piel requiere algo más: conciencia y acción diaria.
Por su estratégica ubicación sobre la línea ecuatorial y su altitud, Quito recibe niveles de radiación ultravioleta que alcanzan extremos durante gran parte del año. De allí que la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos recuerda que la radiación es la principal causa del cáncer de piel, y lo más impactante: el daño puede ocurrir incluso en días nublados, cuando creemos que estamos a salvo.
Estos datos arrojan que la exposición constante a los rayos solares, sin protección, puede abrir la puerta a problemas de salud que pueden estar mucho más cerca de lo que pensamos. Por eso, esta campaña nos recalca que no basta con protegerse en la playa o en las montañas, sino en cada momento del día: con hábitos simples como utilizar protector solar, llevar ropa adecuada y evitar la exposición a los rayos ultravioletas en las horas de mayor intensidad solar, podemos marcar una gran diferencia para nuestra dermis.
El cáncer de piel es uno de los más prevenibles, pero también uno de los más ignorados, especialmente entre los hombres. No dejemos que la rutina, el trabajo o la indiferencia nos hagan olvidar que la prevención está en nuestras manos.



