Cuenca
Presuntos delincuentes que fueron retenidos por ciudadanos recibieron golpes antes de ser entregados a la Policía. A un sospechoso le quemaron la motocicleta y a otro lo azotaron con ortiga mientras le daban un baño con agua helada en Cuenca.
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Desde la semana pasada, los vecinos de diferentes barrios de la ciudad empezaron a organizarse y salir en marchas por las calles cercanas para exponer su malestar ante los antisociales y demostrarles que están unidos. Todos, sin excepción, mantienen un mismo discurso de que “ladrón cogido será quemado”, aunque en la práctica eso no ha sucedido aún.
Perdiendo el miedo, los vecinos empezaron a actuar. El jueves, los que trabajan y habitan por el centro histórico cogieron a un ladrón de celulares, lo sometieron en el piso y le dieron una tunda antes de darlo a las autoridades.
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Mientras que el viernes la situación se repitió en dos escenarios distintos. Primero, en las calles de la parroquia rural Baños, la gente incineró la moto de un extranjero a quien acusaron de chulquero y que amenazaba de muerte a quienes prestaba plata con un interés diario del 20 %.
Horas más tarde, en las inmediaciones del mercado mayorista de Cuenca, la Feria Libre, la gente del lugar detuvo a otro extranjero acusado de haber robado un teléfono celular, una panadería y una bicicleta en días anteriores. Aquí los organizados vecinos le aplicaron la llamada “justicia indígena”, esto es, azotes y baños con agua helada antes de ser retirado por los gendarmes.
También, en el barrio Ucubamba, en el norte, gente armada con palos rodeó a un hombre que presuntamente robó en una tienda. Unos le pateaban el rostro, y otros, el cuerpo, mientras gritaban: “¡Agárrale el demonio!”.
Sobre la reacción ciudadana, el jefe de la Subzona de Policía, William Egas, comentó que ellos están de acuerdo en apoyar iniciativas barriales preventivas; pero, desde su perspectiva, hacer justicia por mano propia no es lo adecuado, ya que incentiva la violencia y no está dentro de las leyes vigentes en el país.
Exhortó a que, ante la presencia de un sospechoso, se llame a las autoridades e incluso que se lo retenga, pero no más de aquello.
Las marchas y los plantones se mantendrán en los próximos días, pero también los operativos por parte de las autoridades. El último se cumplió la noche de este viernes en la conocida zona de tolerancia, donde se ubican los prostíbulos, en el que participaron 200 militares, 30 policías y funcionarios de la Intendencia General de Policía.
El resultado fue un arma blanca retirada y una tienda decomisada. (I)