“Antes mis compañeros me llamaban con apodos, eso no me gustaba, ahora, desde que se puso en marcha el programa, dicen mi nombre y eso me hace sentir bien, tenemos una buena convivencia, nos respetamos”, cuenta Emilio Valenzuela, de III de bachillerato de la Unidad Educativa Luis Alfredo Noboa Icaza (LANI).