Aún con el cielo nublado, Jean Carlos Bazurto y su esposa, Éricka Macías, se ideaban formas para reparar el techo de su vivienda en el recinto Venecia, sector 3, de la parroquia Mariscal Sucre, cantón Milagro.
Era el mediodía de este martes, 27 de febrero, y en la casa de esta familia todavía había agua empozada en la sala y cocina. La noche anterior, el aguacero acompañado de relámpagos y un vendaval afectó, según reporte preliminar, al menos 60 viviendas, locales comerciales y bodegas tanto de la cabecera parroquial como de la zona rural.
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Las cubiertas de las estructuras fueron levantadas, en unos casos, y arrasadas por completo, en otros, por la fuerza del viento.
“Se escuchaban los truenos durísimo, había relámpagos y un viento fortísimo que nos hacía el zinc para arriba y para abajo, cuando nos dimos cuenta se nos fue todito el techo con todo y los palos se nos fue”, describió Éricka Macías mientras sostenía la escalera con la que su esposo se apoyaba para colocar algunas hojas de zinc en la parte frontal de la casa.
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Lluvia y fuertes vientos causan daños en Milagro
A la vivienda de los Bazurto Macías el fuerte viento arrasó todo el techo. Los esposos alcanzaron a sacar solo el televisor y llevarlo a la casa contigua, la de la madre de Éricka, donde se desprendieron hojas de zinc que cubrían un dormitorio y la cocina.
No pudieron con más puesto que la lluvia continuaba. El aguacero empezó poco antes de las 19:00 y se mantuvo hasta las 21:00. Y los vientos fuertes se sintieron por al menos una media hora, según los habitantes, en ese intervalo.
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El vendaval también arrasó con árboles de tronco grueso, árboles de zapote y matas de plátano.
“Desde hoy, a primera hora, nuestro equipo de la Alcaldía ha acudido a levantar información. Y ya desde pocos minutos vamos a hacer entrega de kits alimenticios para las familias afectadas, de kits de dormir, cama y colchón”, expresó pasado el mediodía el alcalde de Milagro, Pedro Solines, quien recorrió los sectores afectados con la presidenta de la Junta Parroquial, Valeria Calderón.
El personero señaló que la Prefectura del Guayas también enviaría ayuda y que a través de la empresa privada se entregarían hojas de zinc para reposición de las casas afectadas.
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En el taller de ebanistería de Geovanni Holguín, en el recinto Alegría de Dios, los vientos fuertes también se llevaron el techo. El hombre expresó su preocupación porque producto de aquello se mojaron las dos máquinas con las que trabaja en su taller: dos sierras de banco.
“No las puedo prender, porque están mojadas, de repente vaya a haber un cortocircuito y es peor la cosa. Tengo que esperar a ver qué pasa”, sostuvo el ebanista con preocupación ya que debe entregar algunos juegos de comedor que le encargaron clientes.
Mientras, en la vivienda de los esposos Cristo Cruz y Sheyla Aguilera, una parte del techo que cubría la sala se hundió anoche. Pese a que las correas que sostienen la cubierta son metálicas, dos de estas se partieron y provocaron la caída parcial del zinc.
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La pareja no estaba en casa, pero al regresar de unas diligencias en Milagro vieron su casa con ese daño y llena de agua hasta la altura de las rodillas.
La familia de Cruz lo ayudó a apuntalar el techo con dos cañas y a sacar el agua de la vivienda.
Las tareas duraron hasta la medianoche e incluyeron cortar algunos arbustos medianos que rodeaban la casa por temor a que con la fuerza de los vientos estos se cayeran encima de la vivienda.
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A más del área rural también hubo afectaciones en la cabecera parroquial. En el local comercial de Nixon Soria, en la calle principal, cerca del centro de salud tipo A de Mariscal Sucre, se desprendió por completo el zinc.
Eso provocó que se mojen los sacos de arroz y de polvillo que él tenía en su negocio. Con ayuda de vecinos Soria llevó anoche la mercadería mojada a la casa parroquial y hoy en la mañana trasladó el producto a una piladora a ver qué podía salvar.
Vecinos y familiares soldaban las correas desprendidas para reponer el techado del local, la tarde de este martes. (I)