Julieta y su hija, de 7 años, salieron con tres bolsas de un supermercado en las calles 25 y la Ch, en el suburbio de Guayaquil. Apenas dieron unos cuatro pasos en la vereda y ahí estaban dos tricimotos en un pequeño paradero.
Ellas se subieron en una de las unidades para ir directo a su casa, unas ocho cuadras más adelante, en las calle Portete y la 17.
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La presencia de las tricimotos en el suburbio no es nueva, pero sí el incremento de unidades y las múltiples faltas a las señales de tránsito, incluso se han dado siniestros con heridos en esa zona.
En Guayaquil, las tricimotos pueden circular en ciertos sectores de cooperativas y barrios populares, pero por vías alternas, no en principales, pues hay circulación masiva de buses y otros vehículos pesados; sin embargo, en el suburbio esta disposición no se cumple.
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En el suburbio hay al menos seis puntos donde se puede apreciar una hilera de tricimotos en espera de pasajeros para ser transportados. Estas están en exteriores de dos supermercados, en el mercado San Vicente de Paúl, Cisne 2, Batallón del Suburbio, etc.
El costo de las carreras van desde cortas, entre las calles Portete y la 25, a $ 0,75, hasta más largas, al Batallón del Suburbio, a la calle 29, a un valor de hasta $ 2.
Según cifras de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), desde enero hasta septiembre de 2024, se detuvieron 231 tricimotos en operativos por diversas infracciones.
Este viernes, 4 de octubre, se realizó un operativo en el sector de Pascuales para ver que todas las unidades cumplan con su revisión técnica, estén en buen estado y no representen un peligro para los pasajeros.
Carlos Moncayo, director de Control de Tránsito de la ATM, explicó que los operativos se están realizando, pero que igual las unidades salen a trabajar días después.
Moradores del suburbio indicaron que, pese a que estas unidades sí son útiles para el transporte directo al pie de la casa, también se han convertido en un factor de riesgo debido a que algunas, al no cumplir con las señales de tránsito, provocan siniestros.
La semana pasada, Zoila Bravo, residente de la calle 25, comentó que una de las tricimotos tumbó a una vecina por rebasar a otra unidad y ganar pasajeros.
“Una tricimoto la tumbó por rebasar, tuvo que ir a terapias para caminar bien, ahora ya está mejor, caminando de a poco. También en la siguiente cuadra, el vecino salió a comprar el pan, también salió lesionado por una tricimoto que iba a velocidad”, expuso Bravo.
Sandra Delgado Almeida, presidenta de la Fundación Píntate Ecuador, que ayuda a afectados de siniestros de tránsito, mencionó que ante estos eventos queda evidenciada la creciente necesidad de una regulación más efectiva que permita garantizar la seguridad vial en Guayaquil.
“Los más altos índices de siniestralidad los tienen las tricimotos y motos, todas deberían estar homologadas, pero se hace adecuación artesanal de estas para llevar más pasajeros, incluso algunos conductores no tienen ni siquiera licencia de conducir, lo que provoca mayor riesgo de cualquier siniestro en las vías”, expresó Delgado.
Añadió que estas unidades se han proliferado en zonas donde no hay transporte.
En el caso del suburbio, sí hay transporte en las calles principales, allí circulan buses, como las líneas 44; 100, cooperativa Cisne 2; 36, cooperativa San Vicente de Paúl; 35, la Unión; 46, Atarazana, pero muchos ciudadanos para viajes cortos prefieren las tricimotos.
Vecinos de las calles la 25 y Francisco Segura indicaron que en la zona del mercado San Vicente de Paúl, conocido como mall del Piso, también hacen estación, incluso muchos vecinos tienen dos y hasta tres tricimotos, ya que lo han hecho un negocio familiar.
“Lo bueno es que lo van a dejar hasta la puerta de la casa, lo malo es que te pueden robar, dependiendo de la hora, siempre hay riesgo”, puntualizó.
Más de 200 vehículos livianos de este tipo circulan a diario y se han vuelto ya parte del tránsito en las vías principales de esa zona.
Ellos indicaron que esto generará más congestión de tricimotos en el lugar e incluso un incremento en siniestros de tránsito debido a la competencia que existe entre las unidades que operan en el sector, sin tener ningún control en su circulación en esa zona. (I)