La gran cantidad de clientes en busca de uniformes solía llenar los pasillos del mercado de las Cuatro Manzanas e incluso mantener a los comerciantes con un ritmo imparable de ventas. Así recuerdan Ramón Tubay y Rubén Velasteguí sobre las épocas de venta antes de la pandemia cuando los padres de familia acudían en vísperas del inicio del año lectivo para completar la indumentaria que necesitaban sus hijos de planteles educativos de Guayaquil y localidades cercanas.