Alabanzas musicales, exposición de videos, adoración al Santísimo, elaboración de cartas, confesiones y la guía del padre salesiano Raúl Conza fueron parte de un retiro que compartieron unos cien jóvenes que se preparan para conmemorar la Semana Santa, que se inicia este Domingo de Ramos.

Estos jóvenes, de entre 13 y 30 años, de distintas parroquias de Guayaquil, se congregaron en una de las salas del colegio Cristóbal Colón para compartir un retiro espiritual organizado por la pastoral juvenil de la Arquidiócesis de Guayaquil.

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Entre ellos reflexionaron sobre su relación con Dios, a través de la formación espiritual durante este tiempo de Cuaresma, y las prácticas que tratan de realizar a partir de ahora en la Semana Mayor en que se recuerda la pasión de Cristo, desde su camino al Calvario, su muerte y posteriormente la resurrección, uno de los principales pilares de la fe cristiana.

Allison Yanchaguano, de 19 años, integrante de la pastoral juvenil de la Arquidiócesis, recordó que en su caso considera de vital importancia prepararse y “limpiar las manchas que puedan permanecer en el corazón”, para así apreciar la entrega que tuvo Jesús por la salvación de los fieles católicos.

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Ella mencionó que desde el Miércoles de Ceniza puso énfasis en el reconocimiento de la labor de Jesús y procuró seguir sus actuaciones con respeto, reflexión y pidiendo perdón a los más cercanos u otros con los que pudo haber tenido rencor en el pasado.

Asimismo, en sus actuaciones, ella contó que procura evangelizar a las personas y ser el ejemplo con conductas como el perdón y la fidelidad a Dios.

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“Hay tantos momentos que se confunden con libertinaje, saber hacer lo correcto y discernir con tu libertad que te dio Dios. Recordar que evangelizar no solo es a las personas externas sino desde casa, con alguna hermana pequeña, algún sobrino o adultos; es importante enseñarles lo que significa la Semana Santa”, comentó.

En esta semana, como de costumbre desde su infancia, ella comentó que planea participar de la romería del Cristo del Consuelo que se realizará el Viernes Santo, 7 de abril. “Es muy lindo sentir ese momento tan íntimo con Jesús”, dijo.

El padre salesiano Raúl Conza compartió retiro con los jóvenes Foto: El Universo

Otra asistente, Joselyn Robbys, de 30 años, comentó que la Semana Santa la contempla como un proceso que se debe tomar en consideración desde los 40 días previos, de Cuaresma.

En ese lapso, sostuvo, procura enfocarse en realizar un trabajo diario de esfuerzo y dedicación, principalmente dando más tiempo a la relación con Dios.

Por ejemplo, ella contó que trata de hacer lectura diaria del Evangelio y también acudir a la exposición del Santísimo los jueves, intensificar la oración, compartir con sus pares y realizar alguna obra espiritual tanto con quienes conviven en su vivienda como fuera de ella.

“A veces nos dejamos por el cansancio, por las actividades del día, estrés, ruido, pero tratamos de estos 40 días entrar a nueva etapa para preparar nuestro corazón, el alma, y también dejar un poco de lado el ruido del mundo y comenzar a experimentar este amor de Dios que es único, que es día a día, que no es solamente en estos 40 días”, dijo la joven, quien también busca tomar conciencia del valor del prójimo y mejorar ciertas actuaciones, como la impaciencia.

En medio de la actualidad que se registra con problemas sociales y de seguridad, ella comentó que el pueblo cristiano debe mantenerse “aferrado” a aumentar la fe para salir adelante de las dificultades y conflictos.

También dijo que se alista para seguir con diversas actividades que se realicen en esta Semana Mayor, como en el Viernes Santo y Domingo de Resurrección, en su parroquia Santísimo Sacramento del sector Cuatro Manzanas.

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“Estar aferrado a esa fe, que cada día debe aumentar, a pesar de las dificultades que vivamos, como en estos tiempos, saber aferrarnos a Dios por sobre todas las cosas, de saber abandonarnos en él por completo y saber que si tenemos a Dios de nuestro lado no hay cosa que nos pueda derrumbar”, reflexionó la joven.

A su vez, Angie Bohórquez, subcoordinadora general de la pastoral juvenil de la Arquidiócesis, mencionó que este encuentro de retiro denominado “Me amó y se entregó por mí” es una manera de facilitar los medios a los jóvenes para que vivan intensamente la Semana Santa y también para que contagien a los demás integrantes de sus parroquias con el mensaje del inmenso amor y entrega de Dios.

A nivel personal, esta joven contó que se estableció propósitos concretos desde los 40 días de Cuaresma, con confesión semanal y cada día con lectura espiritual, santa misa y rosario.

“Que nos ayuda a acercarnos más a Dios, porque no se trata de solo hacer una renuncia sino que esa renuncia nos lleva a acercarnos más a Dios y a intentar mejorarnos, y así estamos perfeccionando nosotros y logrando ese camino hacia la santidad que quiere Dios”, dijo y agregó que esta formación ayuda a fortalecer el lazo con Dios en adelante. (I)