En el puesto de mariscos de Angelina Sáenz, en el mercado Central, situado en el centro de Guayaquil, había camarón, calamar, albacora, corvina y dorado. Rosario, quien vive en el suburbio y que dijo que había llegado a la zona para realizar un trámite, preguntó el costo de la libra de esta última especie de pescado. Le dijeron “tres dólares” y siguió recorriendo locales.